Miércoles, 7 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6289.
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EL FUTURO DEL ULSTER / Unos comicios cruciales
Las elecciones en Irlanda del Norte, en manos del reverendo unionista Ian Paisley
Aún no ha aceptado la posibilidad de formar un Gobierno con el Sinn Fein, pese a que los republicanos han cumplido con Londres y Dublín
FERNANDO MAS. Enviado especial

BELFAST.- Irlanda del Norte afronta hoy unas elecciones cruciales con la triste certeza de saber que un solo hombre tiene en sus manos el futuro del proceso de paz: el reverendo Ian Paisley, líder del mayoritario Partido Democrático Unionista (DUP).

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Tras los comicios debería conformarse un Gobierno compartido entre los protestantes, que quieren mantenerse unidos a Gran Bretaña, y los católicos, que defienden la integración con Irlanda.

La constitución de ese Gobierno de integración sería, acaso, el paso decisivo para recuperar la autonomía que Londres retiró a estos seis condados del Ulster en octubre de 2002 y, así, empezar a cerrar heridas y liquidar décadas de conflicto.

Como es más que improbable que el resultado de las elecciones incline la balanza del poder de forma contundente a favor de una u otra fuerza política, el panorama se torna desalentador. Es precisamente ahí, en la constitución de un Gobierno de unidad, donde radica el actual conflicto, ya que el reverendo Paisley se ha negado hasta ahora -y en las últimas fechas no ha sido claro al respecto- a compartir el poder con el Sinn Fein.

Todos los sondeos indican que de las urnas saldrá un mapa político muy parecido al de 2003. Entonces, las fuerzas protestantes y católicas más radicales, DUP y Sinn Fein, se impusieron a las moderados Partido Unionista del Ulster (UUP) y Partido Socialdemócrata y Laborista (SDLP).

La formación de Paisley se convirtió en el grupo mayoritario al lograr 30 de los 108 asientos de la Asamblea de Stormont. El Sinn Fein, brazo político del Ejército Republicano Irlandés (IRA) se erigió, con 24 representantes, en la principal fuerza nacionalista. El UUP logró 27 diputados -es posible que baje- y el SDLP, 18. El resto fue a parar a la Alianza y a fuerzas residuales que ahora podrían desaparecer. Hoy puede que suban el DUP y el Sinn Fein y, acaso, el SDLP. Nada haría cambiar, sin embargo, el actual equilibrio de poderes.

Paisley rechazó entonces integrar al brazo político del IRA. El renqueante proceso de paz iniciado con los Acuerdos del Viernes Santo de 1998 estaba estancado hasta el 13 de octubre pasado. Ese día todas las fuerzas políticas de Irlanda del Norte se reunieron en la localidad escocesa de Saint Andrews y aceptaron la hoja de ruta marcada por el primer ministro británico, Tony Blair, y el premier de Irlanda, Bertie Ahern, custodios de la autonomía norirlandesa.

Entonces se conminó al Sinn Fein, tal y como exigía Paisley, a que diera un paso histórico y reconociera tanto a la policía como a las instituciones judiciales de Irlanda del Norte. Los republicanos así lo hicieron en una conferencia histórica celebrada el pasado 26 de enero en Dublín.

En Saint Andrews se marcaron, además, otras dos fechas: el 7 de marzo como día de las elecciones y el 26 de marzo como fecha previsible para devolver la autonomía a la Asamblea de Stormont.

A estas alturas el Sinn Fein ha dado todos los pasos que se le exigían. Que le exigía el propio Paisley. Sin embargo, después de que los republicanos reconocieran la policía y la Justicia, el reverendo se apresuró a decir que una cosa eran las palabras y otra los hechos.

Como muestra de su compromiso, el líder republicano, Gerry Adams, conminó a los jóvenes católicos a alistarse en las fuerzas policiales contra las que el IRA había combatido año tras año desde principio de los 70.

Las palabras de Paisley, tras aquella decisión histórica del Sinn Fein, se interpretaron tanto en Londres como en Dublín como una clara evidencia de que Paisley se oponía de forma tajante a formar un Gobierno de integración donde su número dos fuera, ni más ni menos, que Martin McGuinness, ex comandante del IRA y mano derecha de Adams.

Pase lo que pase en las elecciones de hoy, el ministro británico para Irlanda del Norte, Peter Hain, inicia el lunes las conversaciones para devolver la autonomía. Ayer mismo, el senador estadounidense George Mitchell, uno de los protagonistas de los Acuerdos de Viernes Santo, alabó el último paso del Sinn Fein y advirtió que el entendimiento entre las fuerzas políticas es «inevitable». Un mensaje claro para Paisley.

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