TERRY FRIEL. Reuters / EL MUNDO
KABUL.-
La OTAN lanzó ayer su mayor ofensiva en Afganistán desde la guerra de 2001, contra objetivos talibán y señores de la droga. Mientras, cientos de personas se manifestaban ayer en el este del país contra las matanzas de civiles a manos de las tropas de Estados Unidos, en los últimos días.
La operación Aquiles, que involucra a 4.500 soldados de la OTAN y a 1.000 militares afganos, comenzó ayer al amanecer en la provincia de Helmand, centro de la producción de opio del principal exportador de esta droga del mundo, según reconoció el jefe de la Alianza Atlántica, el comandante holandés Ton van Loon.
Los talibán tomaron el enclave de Musa Qala, una importante localidad de Helmand, hace un mes. Pusieron así fin a una controvertida tregua. Sin embargo, un portavoz de la OTAN aseguró que la operación Aquiles no tiene como objetivo reconquistar este enclave.
[La operación] «es el principio de una ofensiva planificada para instaurar la seguridad en Helmand y establecer las condiciones de un desarrollo importante que mejore fundamentalmente la calidad de vida de los afganos en esta provincia», señaló Van Loon.
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