En concreto, las expropiaciones se llevarán a cabo en tres solares sin construir desde hace años, así como en tres fincas que se encuentran en muy mal estado y cuyo interior es «un nido de porquería», según Escarp. Las fincas han generado situaciones de inseguridad entre los vecinos. Además, hay otras cuatro que sufren graves problemas de conservación y son foco de «actividades marginales».

Tres de estos edificios, situados en el número dos de la calle Forn de la Fonda, en Sant Pere més Alt, 25 y en el número 1 de la calle de les Caputxes, están catalogados como bien de interés cultural, por lo que deberán conservar la fachada original dejando la rehabilitación al propio catálogo de la finca.

Cuervo señaló que, una vez aprobada la modificación del PGM, el Ayuntamiento pondrá en marcha el proceso para ponerse en contacto con los propietarios de las fincas y terrenos. No obstante, no parece tarea fácil para el Consistorio. Durante años, han remitido a los dueños numerosos requerimientos para que pongan fin al mal estado de sus fincas, peticiones a las que, al parecer, han hecho caso omiso.

Según Cuervo, en ocasiones se da el caso que estos solares forman parte de «herencias intestadas» cuyos propietarios «están fuera de Cataluña». Es entonces cuando las propiedades «quedan abandonadas y es difícil encontrar al dueño». En ese caso, y por si los dueños reclaman más adelante la propiedad, el Ayuntamiento tendrá que hacer un depósito con la partida presupuestaria destinada a la expropiación.

Esta medida, pionera en Barcelona, puede suponer un antes y un después en la política de vivienda social. Según su éxito, el Consistorio podría extenderla a otros puntos del distrito.