La UEFA prepara medidas ejemplares para castigar el bochornoso comportamiento de Valencia e Inter tras el partido del pasado martes. La violencia con que actuaron varios jugadores de ambos equipos les va a salir muy cara, en especial a David Navarro, que le rompió la nariz a Burdisso de un puñetazo, pero también al propio argentino, a Marchena, a Córdoba y a Maicon, todos implicados.
El máximo organismo del fútbol europeo anunció ayer que estos cinco jugadores están imputados por «conducta impropia» y los propios clubes serán investigados tras analizar detenidamente todos los vídeos del partido. Ahora, los clubes tendrán que presentar sus alegaciones antes de que el cuerpo de Control y Disciplina de la UEFA se reúna el próximo día 14 para estudiar el caso, aunque las sanciones podrían no darse a conocer hasta el día 22.
Este comité adoptará su decisión basándose no sólo en las imágenes, ya de por sí muy contundentes, sino también en el acta arbitral que le remita el colegiado alemán Wolfgang Starck, así como todos los informes que los delegados de la UEFA recabaron hasta incluso de la Policía Nacional acerca de lo ocurrido en el túnel de vestuarios. De los cinco jugadores implicados, el peor parado va a ser David Navarro, que podría recibir una sanción cercana a los 10 partidos, algo que implicaría que no sólo se acabó para él la Liga de Campeones esta temporada sino, probablemente, también la del próximo año. Ayer el jugador volvió a mostrarse muy arrepentido. Ni siquiera había querido ver las imágenes y no había dormido en toda la noche.
«Ojalá pudiera borrar ese día, pero sé que esa imagen va a quedar. Nunca he sido un jugador agresivo ni me han expulsado por eso. Me pudieron los nervios por la tensión del partido, con Marchena también hubo jaleo... Pido disculpas nuevamente porque ha sido una falta de respeto al fútbol. Estoy intentado localizar a Burdisso para disculparme personalmente y si hace falta ir a Italia, iré», comentó el central.
No le hizo falta. Por la tarde, según la web del Valencia, logró hablar con Burdisso para pedirle disculpas, que el argentino aceptó. Sin embargo, según la Gazzetta dello Sport, no hablaron directamente, sino que la disculpa se produjo a través de un mensaje de texto.
«Soy un canterano y no he dado ejemplo. Los jugadores jóvenes tiene que jugar limpio. Borraría todo lo que ocurrió. Yo cometí un error y después no debió haber más», aseguró en referencia a los altercados que se produjeron en el túnel de vestuarios, a los que él fue ajeno porque abandonó el estadio con el tercer guardameta, Juan Luis Mora. Navarro sabe que la UEFA no tendrá piedad y sabe también que el club puede tomar medidas disciplinarias. De hecho, Quique Sánchez Flores, con quien mantuvo una larga charla en la mañana de ayer, ya ha pedido al consejo de administración que aplique el reglamento de régimen interno y le imponga una multa económica. «Es lógico que me sancionen. Tengo que estar preparado para todo. Lo que hará el club no lo sé. Yo he sido el primero en ir a pedir disculpas a Quique y a mis compañeros, y también llamé al presidente», añadió el central.
Vergüenza es el sentimiento que mostraba la cara de Navarro, que se pasó el entrenamiento en el vestuario, entre otras razones porque tiene un fuerte hematoma en el vasto exterior de la pierna izquierda de la patada que le propinó Maicon. Por su parte, Marchena optó por pasar lo más desapercibido posible, a pesar de que hay pocas opciones de que el sevillano se escape de este entuerto sin sanción, que podría ser también de muchos partidos.
«Lo que hizo no es de hombres»
«Recibí un puñetazo por la espalda, y eso no es de hombres». El argentino Burdisso era el gran protagonista ayer en Milán. Con la nariz rota, aún le daba vueltas a lo sucedido en Mestalla. «Estaba litigando con otro jugador [Carlos Marchena], pero recibí un puñetazo por la espalda, algo que no es de hombres. Por ello hubo la reacción de todo el equipo», comentó el argentino.
Eso sí, nada quiso decir acerca de por qué comenzó la disputa con Marchena, origen de toda la riña. «Forma parte de las cosas que acontecen dentro del terreno de juego. Cosas normales que se dicen ahí y nada más. Después no he sabido que pasó, sino que me pegaron por detrás», dijo el defensa del Inter.
Después de esas palabras, el Inter quiso dejar clara su postura en un duro comunicado. El club italiano se considera «víctima provocada y agredida» y advierte que «hará valer sus razones en todas las sedes deportivas oportunas» ante el anuncio de que tres de sus jugadores también serán sancionados.
«Tras la desconcertante agresión de Valencia, el Inter no puede olvidar que ha sido víctima de una situación absolutamente grave, generada de la violenta agresión física a su jugador», dice.
Pero el club lombardo no sólo critica la actitud de los jugadores, sino que ataca al Valencia por permitir un ambiente hostil. «Ha acontecido algo que debía haber sido evitado. El Inter, considerando también el clima en el interior y exterior del estadio antes y durante el partido, tras la exposición de una pancarta contraria a todas las reglas del fairplay (el mosaico de la peñas que rezaba 'Vendetta') se siente en el deber de defender su propia imagen y la de sus jugadores», concluye.
