LUIS SANCHEZ DE LAMADRID
El oro en 2006 se revalorizó un 20%, principalmente, por cuatro razones: el interés por parte de algunos bancos centrales asiáticos, sobre todo el chino; una caída de la oferta de oro físico superior al 10%; un dólar débil (el oro es el activo refugio natural del dólar) y, por último, un interés creciente como activo financiero para instituciones y particulares. Ahora bien, las condiciones del año pasado se parecen muy poco a las de 2007. Las estimaciones de la demanda son de crecimiento cero. Incluso la India, que es el mayor consumidor mundial, ha anunciado que su demanda bajará un 3%. Además, parece que el interés de los bancos centrales asiáticos en esta materia prima ha decrecido notablemente.
Por tanto, si los factores de demanda no están impulsando el precio de esta materia prima, podría pensarse que la subida del oro de febrero obedeció a un flujo de inversión en busca de refugio (algo que ha ocurrido en numerosas ocasiones) o a un movimiento especulativo. No obstante, hay que señalar la excepción que supuso, en mayo del pasado año, el hecho de que el oro cayera aproximadamente un 22% en medio de una crisis de mercados importante. Por tanto, concluimos que las posibles futuras subidas de esta materia prima se deberán a factores que podíamos llamar coyunturales. Sin embargo, en algún momento del año en curso, los fundamentales económicos deberían tenerse en cuenta y llevar la cotización a niveles de un equilibrio que, pensamos, podría situarse en torno a los 600 dólares la onza.
Luis Sánchez de Lamadrid es consejero delegado de Banca del Gottardo.
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