Mariano Bermejo conoce bien Madrid. Fue fiscal jefe de la Comunidad y dejó rastro y pocos amigos de la profesión, sobre todo, en el PP. Las personas que lo conocen creen que siendo ministro de Justicia no podrá aguantar e intentará colocar a uno de sus hombres de confianza en la Fiscalía de Madrid, que hoy dirige Manuel Moix, nombrado por el PP.
Los próximos procesos electorales, y sus correspondientes recursos, así como el Caso Ciempozuelos (que gestiona Anticorrupción), con algunos flecos en la Fiscalía de Madrid parece que han tentado en los últimos días al tandem Mariano Bermejo/Conde Pumpido a buscar un sustituto para los próximos meses. Pero tienen un problema: Manuel Moix. Aunque parece que actualmente no hay vacantes, el ofrecimiento a Moix podría ser el Tribunal de Cuentas o el Supremo.
El actual titular tiene asegurado su puesto hasta el año 2008. Le tendrían que hacer una buena oferta profesional para abandonar.
El Gobierno tiene ya su candidato. Se trata de Eduardo González Rincón, que preside una asociación de fiscales progresitas. Su mujer, fiscal en Madrid, podría ser reclamada en los próximos días para el Consejo General del Poder Judicial.
Mientras, ayer Mariano Bermejo debatió con Antonio Beteta en el Senado. Bermejo dijo que el Fiscal General del Estado «actúa con todo rigor» en el caso Ciempozuelos.
La pregunta se produce después de que el PP y Manos Limpias denunciaran que Anticorrupción no había acudido en varias ocasiones a las declaraciones y que se ponía de parte de los abogados de los dos ex alcaldes socialistas imputados.
El Gobierno, por Ley, recordó el ministro ante el Pleno del Senado, «no puede dirigir instrucciones al Ministerio Fiscal y como no puede, no lo hace», afirmó. Agregó que tampoco hacía falta porque el Fiscal General del Estado, Cándido Conde Pumpido, «está actuando con todo rigor y profesionalidad» en el tema referido, informa Efe.
El portavoz popular, Antonio Beteta, también portavoz del PP en la Asamblea de Madrid, dijo que se habían detectado fallos «clamorosos» y «reiterados» del Gobierno de la nación, que no contribuyen a esclarecer los «graves hechos» ocurridos en Ciempozuelos, caso que calificó de, «sin duda», el mayor de corrupción urbanística «con la mayor comisión conocida en este país: 40 millones de euros (6.000 millones de pesetas)».
Antonio Beteta acusó al fiscal de haber retrasado la apertura de diligencias y de pasar, entre otras cosas, el caso a Anticorrupción «para cerrar el asunto de la corrupción urbanística, centrarlo exclusivamente en el blanqueo de capitales y tapar así la corrupción del PSOE».
Denunció, además, «el trato de favor» a los ex alcaldes socialistas en la cárcel de Valdemoro, «con teléfonos y visitas» y desveló que «se ha sabido que el hijo del Fiscal General del Estado habla por teléfono y se reúne con Pedro Torrejón, el hijo del procesado».
Fernández Bermejo le acusó de incurrir en «un punto de obscenidad» por cuanto, explicó, «usted sabe muy bien la relación que tuvo con el Ayuntamiento de Ciempozuelos: fue abogado de un taxista en una reclamación de retirada de su licencia. Es obsceno utilizar ese dato», señaló. El ministro de Justicia concluyó su intervención señalando que «la Fiscalía General del Estado está en las manos que está y a usted le traiciona el subconsciente porque cree que sigue (Jesús) Cardenal».