Después de la victoria del sí en el referéndum del pasado 11 de febrero, los partidos Socialista, Comunista, Bloque de Izquierda y Los Verdes elaboraron un documento conjunto. El proyecto de ley final contempla la existencia de un «periodo de reflexión de tres días» desde que la mujer decida someterse a un aborto hasta la realización del mismo y una «consulta obligatoria» en la que la mujer será informada sobre los procedimientos a seguir.

Desde los partidos de la derecha, que no participaron en la elaboración del documento, se exigía además una consulta en la que la mujer fuese aconsejada a no someterse al aborto y seguir adelante con el embarazo. Al final, el Gobierno de José Sócrates decidió que el consejo sea «facultativo», aunque los establecimientos oficiales en los que se practiquen las interrupciones del embarazo tendrán que disponer de «acompañamiento psicológico para las mujeres que lo soliciten», aunque éste no será impuesto en momento alguno.

Durante la jornada de ayer, los dos partidos más conservadores intentaron alterar una ley que consideran que «liberaliza el aborto». El único punto de la propuesta socialdemócrata que fue incluido en el proyecto de ley es que, antes del aborto, la mujer será informada sobre «las ayudas del Estado para que continúe con el embarazo y la maternidad». Quedó fuera de la legislación la segunda parte de la frase, que incluía que en esa consulta la embarazada fuese informada además de los «regímenes de adopción y la acogida de familias». Se prevé que la nueva ley entre en vigor a partir de este verano.