Pensamiento débil y búsqueda de seguridad
Sr. Director:
Lo que más temían los antiguos galos es que se les cayera el cielo encima. Después Europa temió que se abrieran los suelos y se cayera para siempre en unos infiernos ardientes. Tras los terrores del año 1.000, los del 2.000 se centran en el pánico al ántrax, al líquido de un misterioso explosivo o a las radiaciones del polonio. Por ello los pueblos que se autoproclamaban libres han aprobado increíbles restricciones de los derechos, severas censuras, humillantes ritos en los aeropuertos, torturas por si acaso a los sospechosos y hasta guerras preventivas. Terrores de los que algunos políticos sacan no menos provecho que del infierno sacaban los clérigos.
Una vez más tiene plena actualidad en esta época de pensamiento débil la advertencia de Benjamín Franklin a los propensos a dejarse llevar por la cobardía: «Quienes sacrifican la libertad a la seguridad no tendrán ni la una ni la otra».
Salvador Bahona. Avila
El 'caso De Juana' y John Gotti
Sr. Director:
El apellido de De Juana me ha recordado a alguien que también es conocido por llevar el nombre Juan: John Gotti, famoso gángster de Nueva York. Un testigo presencial me comentó una vez que vio a John Gotti rodeado de guardaespaldas por el barrio de Little Italy de Nueva York, y todo el mundo estaba de fiesta: celebraban que había salido bien en un juicio. Quien conoce Little Italy sabe bien que allí, quien mandaba, era la mafia. Sólo los que tenían apellido italiano podían trabajar en el barrio. Y si, por ejemplo, eras un electricista de apellido irlandés y se te ocurría ir a hacer una chapuza en el barrio, lo mínimo es que te destrozaran el coche. Y claro, los de allí apoyaban a Gotti. En otras palabras, Gotti les beneficiaba.
Sus asesinatos les venían bien para progresar. Vivían bien gracias a un asesino. Gracias a Dios, Gotti, por decisión de un buen Gobierno, fue investigado, arrestado y condenado a cadena perpetua. Falleció en 2002 en la cárcel, y la Iglesia católica le negó ser enterrado en cementerio católico. ¿Se puede uno imaginar cuál hubiera sido la reacción del poder político y judicial de EEUU si Gotti se hubiera puesto en huelga de hambre para salir de la cárcel? ¿Y cuál ha sido la reacción de los que nos mandan en un caso idéntico? El Gobierno nos deja indefensos frente a los asesinos. Así nos va.
Javier López. Madrid.
Carta del director de Comunicación del PSOE
Sr. Director:
Me veo obligado a contestar al artículo publicado ayer en su diario por don Cayetano González, ex jefe de prensa del que fuera ministro del Interior, Jaime Mayor Oreja. En él, trata de desacreditar el informe que el pasado lunes se distribuyó a la Ejecutiva del PSOE sin rebatir ni uno solo de los datos que se reflejan en él y haciendo un relato de hechos que nada tienen que ver con el documento.
Me reafirmo en cada palabra, en cada dato que aparece en ese informe porque responde fielmente a la verdad. Y la verdad es que ETA secuestró en 1996 a Ortega Lara y exigió para su liberación que se reagrupara a sus presos. Y la verdad es que el Gobierno de Aznar, cuando llegó al poder, acercó a 43 presos de ETA a cárceles del País Vasco o próximas a él. Y la verdad es que 13 de ellos habían cometido un total de 26 asesinatos. Y la verdad es que Mayor Oreja dijo que los acercamientos de presos se hacían para que «los miembros de ETA, en el supuesto de que en un momento determinado decidieran una actuación, que ojalá no se produzca, lo tienen mas complicado en el sentido de que no pueden justificar que aquí se ha producido una cerrazón y una intransigencia por parte de Interior». Y la verdad es que el entonces delegado del Gobierno en Euskadi, Enrique Villar, añadió que «los movimientos penitenciarios que se están produciendo van en la línea de conseguir que estas personas que lo tienen retenido cambien su salvaje comportamiento y se obtenga la libertad de este señor». Y la verdad es que toda la oposición, en aquellos difíciles momentos, lo único que hizo fue apoyar al Gobierno. Y el PSOE lo volvería a hacer porque no critica lo que se hizo, sólo se lo recuerda a los españoles para que vean la hipocresía con que actúa el PP.
El señor González dedica el resto de su artículo a utilizar a las víctimas y su memoria dando todo tipo de detalles humanos sobre algunas de ellas. Después reprocha que en el documento entregado a la Ejecutiva del PSOE no aparecieran los nombres de las víctimas. Sí aparecían, pero por respeto a ellas y a sus familias, eliminamos sus nombres en el documento que entregamos a la prensa.
cartas.director@elmundo.es
Carlos Hernández. Director de Comunicación del PSOE.