Sábado, 10 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6292.
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FUTBOL / El día del clásico
Ronaldinho aparece a tiempo
EL BRASILEÑO SUPERA SUS MOLESTIAS Y JUGARA UNA DE SUS CITAS PREDILECTAS HA MARCADO CINCO GOLES Y REPARTIDO OTRAS DOS ASISTENCIAS EN SEIS PARTIDOS FRENTE AL REAL MADRID
ALBERT MARTIN

BARCELONA.- Ni emoción, ni intriga, ni dolor de barriga. Al tercer día, apareció el astro y se confirmó lo que se esperaba: Ronaldinho no se perderá el clásico. El brasileño no entrenó después del partido ante el Liverpool, ni tampoco el jueves. Ayer, sin embargo, ahí estuvo, confirmando la misteriosa tendencia de su musculatura a afinarse justo antes de los grandes partidos. Ronaldinho se ejercitó en la sesión a puerta cerrada que dispuso Frank Rijkaard con el resto del grupo, aunque también dedicó parte del entrenamiento a mimar sus isquiotibiales con los fisioterapeutas del equipo.

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El mundo del fútbol puede respirar aliviado, pues la baja del Balón de Oro 2006, Fabio Cannavaro, no vendrá acompañada de la de su predecesor en 2005. Sin embargo, a buen seguro que Casillas no compartirá el entusiasmo del barcelonismo.

Ronaldinho, que ya tiene experiencia en eso de comparecer a las grandes citas habiendo realizado apenas un entrenamiento en los días previos, es un sospechoso habitual en la crónica negra madridista.

En su primera temporada como azulgrana, se perdió la visita del equipo blanco al Camp Nou por lesión. En aquel Barça formaron el centro del campo Xavi, Motta, Gerard y Cocu, y en la delantera estaban Kluivert y Luis García. El Real Madrid venció por 1-2 y enterró una racha de 20 años sin ganar en el Camp Nou en partido de Liga.

Ronaldinho se desquitó en la vuelta: con el equipo en plena recuperación, regaló a Xavi el 1-2 con una gran asistencia de parábola. Un año después, ya en la temporada 2004-2005 en que el Barça ganó su primera Liga tras seis años de sequía, los azulgrana vencieron en el Camp Nou por 3-0 y Ronaldinho aportó la asistencia del gol de Eto'o -en la que fue clave la indecisión de Roberto Carlos- y un tanto de penalti.

En el partido de vuelta, un motivadísimo Real Madrid, que tenía entonces a Luxemburgo en el banco, arrolló al Barça por 4-2. Ronaldinho marcó de falta y dejó el goal average a favor de los azulgrana.

La principal exhibición del brasileño llegó el 19 de noviembre de 2005, en vísperas de ganar el Balón de Oro. El Barça venció por 0-3, con dos tantos en el segundo tiempo de Ronaldinho, en sendas jugadas individuales en que destrozó a Sergio Ramos e Iván Helguera. Su segundo gol provocó los aplausos del Bernabéu y una recordada sentencia en los labios de Casillas. «Yo flipo», musitó contemplando a su defensa.

El portero madridista no finalizó ahí su suplicio. Se avino entonces a rodar un anuncio de un automóvil con Ronaldinho en vísperas de la visita liguera del equipo blanco a Barcelona. Fue aquel extraño partido, en el que el Barça jugó con un hombre más durante 65 minutos por una autoexpulsión de Roberto Carlos. Ahí se vio la que tal vez ha sido la última galopada de Ronaldo en el Camp Nou, una antológica actuación de Casillas y cómo no, un gol de penalti de Ronaldinho. La cosa finalizó en empate a uno.

Ronaldinho estuvo desaparecido en el clásico del pasado mes de noviembre, cuando los blancos vencieron fácilmente por 2-0. Ese choque, juntamente con su falta de acierto en varios partidos clave jugados esta campaña, ha puesto en duda su capacidad para decidir las grandes citas. Bien hará Casillas, sin embargo, de no confiarse.

El regreso de Ronaldinho al equipo vino acompañado ayer de una mala noticia. Frank Rijkaard hizo público ayer que ha dado «unos días o una semana» de descanso a Motta, que atraviesa una crisis personal cuya naturaleza no ha sido especificada por el club.«Necesita un tiempo para sí mismo, para aclarar sus cosas», dijo el técnico con un tono conciliador.

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