MIKEL ARTETA
Escribo desde Los Angeles, donde acabamos de llegar después de unos días en Nueva York. Increíble la ciudad. Como todavía no ha acabado el viaje, dejaremos para la próxima semana el resumen, pero de momento puedo decir que me lo estoy pasando muy bien. La gente nos mira con cara de extrañeza. Normal, al fin y al cabo aquí el fútbol importa lo que importa. Es decir, bastante poco. Por poner un ejemplo, para seguir lo que ha sucedido en la Champions o te contectas a la televisión por satélite en la habitación del hotel o tienes que tirar de internet.
Y la verdad es que no ha estado mal del todo. Interesante, ¿verdad? ¿Por dónde empezar? Pues por lo que más cerca me queda. Por un lado, me da pena que el Barça haya quedado eliminado, porque yo siempre voy con el Barça. Es el equipo donde me crié y siempre le tendré un cariño especial, pero por otro -cosas que tiene la amistad- me alegro de que el Liverpool haya pasado. Era muy difícil darle la vuelta a la eliminatoria, viendo como vimos una de las mejores versiones del Liverpool. Los que lo seguimos semana a semana sabemos que es un equipo que, como se te ponga por delante en el marcador, es muy difícil doblegarlo.
Luego, aunque no he podido verlo, sé que el Madrid también cayó en Múnich, y sé también que se habla de decisiones drásticas, limpias de vestuario... Es un poco lo de siempre, aunque visto desde fuera uno se pregunta si no sería más normal mantener la calma y apoyar a los que están, entrenador y jugadores, hasta el final de temporada, porque, por feas que pinten las cosas, lo cierto es que el título de Liga es posible. El partido de hoy es clave para esto que estoy diciendo. Por cierto, todos mis esfuerzos ahora se centran en intentar verlo. Pero a día de hoy no sé ni dónde vamos a estar ni qué nos tienen preparado.
Mikel Arteta es jugador del Everton.
|