A. SALVADOR
SEVILLA.-
«Tenemos que llegar. Nosotros siempre cumplimos con nuestros clientes». El pasado 20 de diciembre, con motivo del acto de entrega del primer estabilizador horizontal a la planta de montaje final en Sevilla, el presidente de EADS-CASA, Francisco Fernández Sainz, admitió «dificultades» en el A400M pero aseguró que el programa iba «en plazos» para que el futuro avión de transporte militar comenzara a volar en pruebas en 2008 y su primera unidad se entregara un año después.
Visiblemente molesto por las preguntas de los periodistas acerca de eventuales retrasos en la entrega del primer aparato, como ha ocurrido con el A380, Fernández Sainz consideró que las dificultades surgidas eran las «típicas» de todo desarrollo aeronáutico pero no pudo -dijo- «asegurar matemáticamente» el cumplimiento de los plazos.
Las dificultades aludidas son las que puso de manifiesto la auditoría externa al desarrollo del programa, cuyos resultados desveló el grupo aeronáutico europeo a principios de diciembre.
En concreto, las «áreas críticas» afectaban al diseño de los sistemas de cableado eléctrico -como ocurrió con el 'superjumbo' A380-, las modificaciones de los motores y algunos trabajos en la línea de montaje final, con lo que -según la propia la compañía- los desafíos hasta la primera entrega «se consideran significativos». Desde ayer, el reto es aún mayor.
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