SANTANDER.-
La denuncia de un internauta cántabro, al que alguien envió por error un correo de contenido sexual, ha permitido a la Guardia Civil descubrir una red de intercambio de pornografía infantil integrada por 29 personas, que almacenaban en sus ordenadores medio millón de fotografías y vídeos de menores.
Los 29 implicados (15 de ellos detenidos y otros 14 imputados) son todos españoles y residían en nueve comunidades autónomas: Andalucía, Aragón, Canarias, Castilla-La Mancha, Cataluña, Comunidad Valenciana, Galicia, Madrid y el País Vasco, según informó ayer el delegado del Gobierno en Cantabria, Agustín Ibáñez.
La Guardia Civil ha encontrado en sus ordenadores alrededor de 480.000 vídeos y fotografías pornográficas de menores, algunos de ellos bebés, a pesar de que por el momento ha revisado sólo la mitad de los discos requisados, por lo que calcula que la cifra final de archivos incautados podría acercarse al millón.
El Equipo de Investigación Tecnológica del Instituto Armado en Cantabria comenzó a investigar esta red en julio de 2006, cuando un ciudadano acudió al cuartel de Santoña a denunciar que había recibido en su correo un archivo con imágenes de menores. Sus pesquisas revelaron la existencia de un grupo de personas que se intercambiaba a través de correo electrónico y de programas P2P, como Emule, archivos de pornografía infantil protegidos por una contraseña que ha dado nombre a la operación: Metallica.
La Guardia Civil descubrió así que estaban circulando por internet cuatro carpetas con 1.507 archivos de ese tipo de contenidos (casi 1,5 gigabytes de información), hizo un seguimiento a los 37 usuarios que las estaban compartiendo y, el martes pasado, registró simultáneamente 32 domicilios en 14 provincias diferentes, informa Efe.
Del resultado de esos registros domiciliarios, fueron detenidas 15 personas y se formularon cargos contra otras 14, que no han sido arrestadas por considerarse que su implicación en la red era menor.
Como delegado del Gobierno subrayó al dar cuenta de la operación que «ninguno» de los detenidos o imputados se descargó esos archivos por error, sino que tenían «perfecto conocimiento» de su contenido. Uno de ellos tenía en su poder más de 48.000 imágenes de pornografía infantil, otro vivía en circunstancias que indican que podría padecer el síndrome de Diógenes y un tercero tenía en su casa 10 discos duros y gran cantidad de material informático.
|