|
|
 |
| No hay que temer a los que tienen otra opinión, sino a aquéllos que, teniéndola, temen manifestarla (Napoleón) |
 |
| Garantías de normalidad |
 |
De los fallos eléctricos pasamos a los informáticos; de los cables cortados, a los motores gripados; de los retrasos de cientos de horas, a la docena de heridos leves de anteayer. Y hasta aquí debe llegar -y ya es demasiado- el culebrón del Metro de Madrid. Desde el pasado mes de diciembre se han sucedido con sorprendente reiteración las averías en un medio que, más allá de los eslóganes publicitarios, era mayoritariamente valorado por su rapidez e infalibilidad. Ya no es lo mismo, y hay que preguntarse los porqués. La Comunidad, como responsable del Metro, ha presentado denuncias y no descarta sabotajes: los cables, efectivamente, no se rompen solos. La oposición replica simplificando que «deje de decir tonterías» y «se ponga a trabajar» para el buen funcionamiento. El usuario, mientras, se adentra en el suburbano con la sospecha de que algo puede pasar. O sea, lo que nunca pasaba antes. De ahí que sea urgentísimo garantizar la normalidad en el servicio.
PRADILLO 42
|
|
|
|
|
|
|
|
|
|
