Martin Winterkorn, presidente del Grupo Volkswagen (VW) desde enero, trabaja rápido. En poco más de dos meses ha analizado la situación del consorcio y se ha marcado los objetivos para los próximos años.
Éstos consisten en aumentar la ocupación de las plantas, mejorar su productividad y mantener el plan de reducción de plantilla, además de establecer que el beneficio operativo bruto del grupo deberá crecer un 16,3% en dos años, hasta alcanzar los 5.100 millones de euros en 2008, según anunció ayer en la presentación de resultados de VW, su primera gran intervención pública desde que accedió a la presidencia.
En 2006, Volkswagen prácticamente duplicó el resultado operativo hasta situarlo en 4.383 millones de euros. Esto ha sido posible gracias a los atípicos, como la venta de la empresa de alquiler Europcar o las aportaciones de sus participaciones en sociedades como MAN, ya que sin estas partidas habrían sido inferiores en 500 millones a los del año anterior, como consecuencia de los costes de reestructuración en Volkswagen AG, la matriz del grupo, y en la planta de Bruselas, así como por la debilidad del dólar y el yen frente al euro.
Grupos disueltos
Pero la medida más radical que ha ya puesto en marcha es la disolución de los grupos de marcas, que tendrá una especial incidencia para Seat, la marca del grupo de menor crecimiento de ventas en 2006, con un 1,9%, frente al 11,7% de Skoda, el 9,2% de Audi o el 10% de Volkswagen, y que penalizó con sus pérdidas los resultados de Audi.
A partir de ahora, cada marca asume responsabilidades directas sobre desarrollos, producción y resultados, y deberá posicionarse para evitar competir con las demás del grupo. Para Seat los objetivos marcados son volver a beneficios en 2009 y «ser la primera marca en su mercado doméstico».
Winterkorn comentó que el plan que acaba de aprobar VW para Seat, con inversiones de 450 millones anuales durante 10 años, ha sido posible tras los acuerdos con los sindicatos. Estos convenios no han sido desvelados en su totalidad, pero están en línea con los alcanzados para la planta de Bruselas, y, por lo tanto, implicará una reducción de los costes laborales del 20% de forma progresiva.
El presidente de VW añadió : «Sólo si conseguimos saturar nuestras plantas podremos asegurar el empleo», lo que se interpreta como otro aviso a Seat, que en 2006 produjo casi 150.000 unidades menos que la capacidad de la factoría de Martorell.
Seat acaba de iniciar un plan de renovación de producto que para Winterkorn inicia «una nueva era». El primer modelo llegará al mercado el próximo verano. Es el Altea Freetrack, un todocamino derivado del prototipo que Seat presenta en Ginebra.
En 2008 la marca lanzará una berlina que sustituirá al actual Toledo, y en la que para ahorrar costes de desarrollo se empleará el utillaje del actual Audi A4, del que se deriva. Sobre esa base se han rediseñado el exterior y el interior para adaptarlos al estilo Seat. Este modelo, con el que la marca tendrá que «conquistar nuevos clientes», podrá tener también una versión familiar de estilo deportivo.
En el futuro, Seat podría contar también con un todoterreno sobre la base del VW Tiguan, un pequeño Touareg.
Además de hacer rentable a Seat, Winterkorn se ha comprometido a volver a ganar dinero en Estados Unidos, apoyándose en los nuevos motores diésel del programa Clean TDI, y a crecer en nuevas regiones, sobre todo en la India y Rusia. Estos dos países son fundamentales para otro de los nuevos proyectos de Winterkorn, el desarrollo de un modelo pequeño y de bajo coste, «pero que será un auténtico VW, de cuatro plazas y muy innovador». Este futuro modelo, denominado A triple 0, podría producirse a partir de 2009 en la India y a medio plazo en Rusia. Todas las marcas del consorcio podrán optar a este modelo.