ISABEL SAN SEBASTIAN
Mal, muy mal deben pintar las encuestas que se desayuna José Blanco estos días cuando el PSOE recurre a un argumento tan endeble como el «y tú más» referido a la política antiterrorista del PP con respecto a ETA. No es que la bajada de pantalones de Zapatero ante De Juana Chaos tenga fácil defensa, pero si al menos la banda les hubiera dado un respiro nos podrían vender que la medida «humanitaria» era un tributo amargo por un fin tan noble como la paz. Pues bien; ni eso son capaces de alegar, ya que a los del hacha y la serpiente el asesino indultado les importa una higa y la humillación del Gobierno constituye un gesto gratuito que ni quieren ni van a premiar.
Nos han arrodillado a todos para nada y ahora salen con que también el PP hizo méritos para el sonrojo colectivo. ¡Qué mal deben estar los augures cuando no se les ocurre otra cosa! Acusar a Aznar y Mayor Oreja de benevolencia en el trato a los etarras es como tildar a Zerolo de homófobo, a Fernández de la Vega de machista o a Bermejo de simpatizante de la derecha. Es como reprochar al presidente una actitud pro americana en la política exterior o afearle a Pepiño un discurso excesivamente intelectual. Es sencillamente una memez. Una imputación tan absurda como desesperada, que no resiste ni en un amnésico el algodón del retrovisor.
El Gobierno del PP no sólo intentó por todos los medios democráticos derrotar a ETA, sino que fue el primero que creyó sinceramente en esa posibilidad. No sólo declaró su admiración y respeto por las víctimas, sino que reconoció públicamente su sacrificio y aprobó la legislación necesaria para que recibieran las indemnizaciones que se les habían negado durante décadas. No sólo se enfrentó con todos los instrumentos del Estado de Derecho a los terroristas, sino que pagó el más alto tributo en sangre por mantenerse fiel a esa determinación. Jaime Mayor enterró a buena parte de sus compañeros de UCD en el País Vasco, asistió a los funerales de muchos de sus concejales en la etapa del PP y ha vivido toda su existencia adulta amenazado por la banda.
El PSOE montó los GAL mientras racaneaba medios materiales a los Cuerpos y Fuerzas de Seguridad en el País Vasco, envió mercenarios a asesinar terroristas a la vez que tumbaba en el Congreso las propuestas populares para que cumplieran íntegramente sus condenas y jamás movió una peseta por las víctimas. Ellas lo saben, sin necesidad de ser instrumentalizadas. Nosotros lo sabemos, forma parte de nuestra Historia. Y por si Zapatero no se ha enterado, se lo dirán esta tarde en la calle.
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