Admiración por la generación de Coll
Sr. Director:
Fue con la muerte de Camilo José Cela cuando Francisco Umbral dató el final de la Generación del 98. Hoy, con la muerte de José Luis Coll, bien podríamos hacer un ejercicio parecido señalando que con él se nos ha agotado una generación que no ha gozado nunca del reconocimiento solemne de las demás. Una generación que comenzó con los maestros Jardiel Poncela y Miguel Mihura, que siguió con los hombres de La Codorniz, y desde ahí, todo seguido, hasta llegar a la pareja formada por Tip y Coll. Una generación unida por la coherencia del absurdo, por el juego de desglosar significados y significantes. Una generación despojada de la seriedad que el buen humor merece y siempre tomada un poco a pitorreo por el personal, ya desde el nombre con que a ella se refieren muchos: la otra generación del 27. Dicen, en fin, que la nostalgia revaloriza y la muerte renace los amores dormidos. A todos ellos, hoy tan poco estudiados y leídos, ya los llevamos echando de menos hace tiempo. Nos quedan los libros de los antiguos y los vídeos de los nuevos. Bendita sea pues toda esta larga generación de genios, cuyo punto final tiene ya para siempre la forma del bombín del maestro Coll.
Juan José Mercado Peinado. Madrid.
Las cadenas incumplen la autorregulación
Sr. Director:
Hace ahora dos años, cuatro televisiones estatales firmaron un código de autorregulación, con el objetivo de proteger así a la infancia. No obstante, siguen emitiendo programas que no respetan ese código ni ningún tipo de norma ética en horario en que infantil. ¿Quién va a creerse a partir de ahora lo que firmen los dueños de TVE, Telecinco, Antena 3 y Sogecable? El mensaje que transmiten a nuestros hijos es éste: por dinero, todo vale.
Antoni F. Laborda. Barcelona.
Desacuerdo por el uso del lazo azul del PP
Sr. Director:
Me parece algo indignante e irrespetuoso el uso que está haciendo del lazo azul el PP. Me indigna que se utilice para otros fines distintos un símbolo que creamos en 1993 para visibilizar la unión de la población y nuestra condena a los secuestros de ETA. Muchas de las personas que lo llevábamos, sufrimos por este compromiso con la paz y los Derechos Humanos, pero, a pesar de las amenazas, agresiones y temores, con toda nuestra entereza y dignidad llevábamos puesto nuestro lazo azul con la forma de A, de askatu (libertad) para que nadie olvidara a los secuestrados, día tras día, año tras año.
Creo que este símbolo merece un respeto y un valor que el PP no le está dando, utilizándolo para dividir a la población y no para unirla en favor de la paz y de los Derechos Humanos. Por favor, reflexionemos y pensemos un momento si el camino hacia la paz es el de la confrontación, la manipulación y la separación, o si pasa por la unión, el respeto, la corresponsabilidad y el trabajo conjunto.
Amaia Vitoria Isusi. Madrid.
Fe de errores
En la relación de asistentes a la presentación del libro de Rafael Vera se incluyó en la edición de ayer, por error, a Joan Lerma. El portavoz del Grupo Socialista en el Senado se encontraba en Valencia.