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| Cada falta que ha cometido el poder se convierte en un ariete que contribuye a derribarlo (Concepción Arenal) |
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| Josep Lluís Carod (ERC) / Vicepresidente |
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| El vicepresidente que se tornó sensato |
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LEONOR MAYOR
Josep Lluís Carod-Rovira (Cambrils, 17 de mayo de 1952) se ha revelado como uno de los miembros más activos de este nuevo Govern, que, en general, no es muy dado a presentarse ante la opinión pública. Por ahora, Carod ha diseñado el mapa de las religiones en Cataluña, ha impulsado un programa de viajes para determinar las relaciones internacionales de la Generalitat y se dispone -lo hará esta misma semana- a negociar con el COI para lograr el reconocimiento de las selecciones deportivas catalanas. Además, Carod ha estado muy calladito, para contento de Montilla y disgusto de alguno de sus compañeros de partido como el ex conseller Joan Carretero. El vicepresidente viajó de forma oficial a India y aceptó sin rechistar la compañía casi constante del embajador español en este país asiático. Por si fuera poco, se ha puesto a estudiar inglés en una academia, consciente de que un ministro de exteriores, como él es de facto, no puede desconocer el idioma internacional por excelencia. Sin embargo, y precisamente por su voluntad de no crear problemas, la actividad política de Carod ha perdido intensidad. Sus intervenciones públicas son escasas y aburridas. Carod, que acostumbraba a dar la campanada de la forma más inesperada, es ahora otro hombre, uno más del insulso ejército de Montilla, de ese equipo teñido de anodino gris por el nuevo presidente de la Generalitat.
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