La primera fue el miércoles en el restaurante del Hotel Neri, y su organizador, Jordi de la Torre, la llama Cena de Princesas, y a la mesa

se sientan mujeres que nacieron, se supone, para ser princesas (aunque periodistas no había excepto yo y no hay príncipes en mi agenda) y acabaron en ranitas trabajadoras. Ninguna conexión con el Día

Internacional de la Mujer Trabajadora, excepto que ellas mismas son la

esencia del concepto. Estaba Lolín Dengra, de Las Tiendas de Lolín, marca de esa esperanzadora colección textil en que la P - de «pequeña» - equivale a la talla 42 y no se detienen hasta pasada la 50. «Lo

nuestro son las mal llamadas tallas grandes», me contó, «cuando en realidad son las tallas de verdad». En otro extremo de la mesa Montse Carulla, de New Dom, punto de encuentro para obsesos de la domótica, advertía que en breve todos querremos entrar en casa y con un solo gesto del índice alumbrar todas las estancias.La «super voz» negra que no para de hacer bolos por las Españas, Mónica Green, se alegró de sentarse entre ranitas sin sapos encantados; Dolly Fontana, la RRPP gallego-catalana, preguntó cómo se llamaba el exquisito tinto y ella, en su línea, cuando escuchó Mas La Plana quiso saber «¿más como la suma o como Artur Mas?» Ni lo uno ni lo otro, pero fue suficiente toque de humor al que se asumaron Silvia Parés, de Pricewaterhouse Coopers, la consultora fiscal Julina Esteve, la cirujana plástica Helena Biosca, que en unos días abre clínica de estética en Lleida, y Ana Mercader, escritora y ex presidenta de la Asociación de Mujeres Empresarias de Catalunya. Poca broma, ya ven, con lo de las ranas currantes.

El martes en el Princesa Sofía, Tot-Hom pasó la colección de primavera-verano a sus adictas. Entre ellas Carmen Mateu, Isabel Suqué, Carmen del Molino, Mª del Mar Alvarez, Rosina de Benito y Alicia Pita.

Movida de moda en Sabadell con fiesta grande y nota de gastos en el balance de la líder de altares y juzgados, Rosa Clará, presente también en la primera cena, la de las ranas. Actualiza la máxima de las provincias catalanas con un nuevo trayecto de moda en blanco y blonda, «Sabadell-USA-Japón», aunque sus tentáculos alcanzan a muchos más países. Amadrinaron las dos hermanas Mas, Clara y Marta, esencia de la Catalunya más burguesita en las pasarelas internacionales y modelo de niñas casaderas.

Broche puesto por Vasari, la marca de joyería que un día inventó María Reig, al exponer su colección en el Palau Dalmases. Amadrinó Genoveva Casanova, señora muy popular en España de la que una amiga mexicana me contaba que en su tierra la conocen sólo sus compañeras del cole. Pero ya ven cómo cunde hacerse con un conde español (tampoco hay condes en mi agenda). En cualquier caso, con famosa o desconocida, las iniciativas de Reig funcionan.Me remito, si no, a su éxito en Madrid con Manolo Blahnik. ¿Para cuándo en BCN? Ya tarda, ¿no les parece?

El mismo día, jueves, el diseñador Lluís Juste de Nin presentó en el FNAC su libro «Montecristo». En primera fila su mentor en moda, Armand Basi, incondicional hasta la médula.

Píes de fotos tituladas

CONDESA CONSORTE SE APUNTA AL MARKETING DIRECTO. Arriba, a la izquierda, Genoveva Casanova, madrina de Vasari, con un aspecto que aleja cualquier rumor de crisis; y a la derecha un momento de la pasarela de Tot-Hom. A la derecha Luis Juste de Nin, Antonio Miró y Armand Basi en el FNAC.

CENA DE PRINCESAS Y JOYAS DE PALACIO. Arriba, en el Hotel Neri, Helena Biosca, Mónica Green, Dolly Fontana y Montse Carulla.Atrás, Julina Esteve, Lolín Dengra y Silvia Parés; delante, Ana Mercader. A la izquierda el matrimonio Sánchez-Vicario accediendo al Palau Dalmases, donde Vasari expuso joyas.

SABADELL VA DE BODA. A la izquierda, un momento de la inauguración en Sabadell de la nueva tienda de moda nupcial Rosa Clará.

Arriba, durante el desfile de Tot-Hom, Carmen Mateu y su hija Isabel Suqué, incondicionales de la marca y del desfile anual en el Princesa Sofía.