Domingo, 11 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6293.
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Cada falta que ha cometido el poder se convierte en un ariete que contribuye a derribarlo (Concepción Arenal)
 CATALUNYA
PERSONAJE DE LA SEMANA
José Montilla
FÉLIX MARTINEZ

El presidente de la Generalitat y primer secretario del PSC, José Montilla (Iznájar, Córdoba, 15 de enero de 1955), el primer president nacido fuera de Cataluña, se ha convertido en personaje de la semana por varios motivos, los mismos que volverán a hacer que ocupe este mismo espacio en otras muchas ocasiones. En primer lugar, porque a diferencia de su predecesor, Pasqual Maragall, Montilla no se permite que sus pies se eleven del suelo ni un milímetro. Desde que su Govern tomó posesión, las reuniones del Consell Executiu han adquirido una dinámica estajanovista. Montilla asumió que todos los proyectos legislativos que dependían del Govern y que quedaron colgados por la interrupción de la legislatura pasada tenían que estar aprobados concluidos los 100 días de gracia con los que contaba al acceder al cargo. Durante esta semana, cuando se cumplían los 100 días dichosos, Montilla ha anunciado que ha llegado el momento de, afianzado en el cargo, aplicará su propio estilo a la presidencia de la Generalitat.Pero lo cierto es que lo ha hecho desde el primer día. Mantiene a los consellers de Esquerra atados en corto -o en muy largo, enviando a Carod a lejanos destinos donde no tiene nada que decir-.Prueba de ello es lo breve que fue el amago de guerra de banderas que intentó montar el conseller Puigcercós al llegar a Governació.Lo resolvió en apenas unas horas. Esquerra se muestra sumisa y leal; domesticada, aseguran los críticos, los mismos que atribuyen la discreción de Montilla a su autoritarismo. Pero lo cierto es que desde que él llegó a Palau, en general, en Govern, aunque con diferentes voces, ha hablado el mismo idioma y dicho las mismas cosas. La única pieza incómoda parece ser Joan Saura, que al asumir Interior no sólo vive en una contradicción, sino que se convierte en blanco de las críticas. Aunque no está claro que eso disguste a Montilla.

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