Domingo, 11 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6293.
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CRISIS ANTITERRORISTA / La gran protesta
El toro devoró a las águilas
El Paseo de la Castellana se llenó de banderas españolas con el escudo constitucional y la silueta del toro
FERNANDO LAZARO

MADRID.- Hubo miles. Quizá, decenas de miles. Viudas, con el escudo constitucional o con el toro. Ni un aguilucho. El Paseo de la Castellana se convirtió en un gran manto de tonalidades rojas y amarillas.

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El Partido Popular logró una demostración de fuerza, de control y de anticipación. Anunció que haría todo lo posible para que no hubiera símbolos preconstitucionales y así lo hizo. Unicamente un par de banderas requetés, entre decenas y decenas de miles, llamó la atención durante una jornada en la que, pese a la multitud congregada, se desarrolló sin incidentes. La última edición de la guerra de las banderas quedó definitivamente cerrada antes de que empezar.

Horas antes de que se iniciara la marcha, los alrededores de la plaza de Colón eran un hervidero de españoles llegados de todos los puntos de la geografía española. Eran muchos lo que portaban las banderas de sus comunidades autónomas. ¿Ikurriñas por el Paseo de la Castellana? ¿Algún conflicto? Sin problemas. Sus portadores eran aplaudidos a su llegada.

Los puestos ambulantes estaban a plena actividad. Desde que comenzó la «rebelión ciudadana» de las víctimas del terrorismo han cambiado las bolsas de pipas por las banderas de España. «¿Cómo la quieres, con o sin escudo? Oye, no te vayas, también las tengo con el toro, son las que más se venden. ¿Con el águila? Eso no tengo». Y cada bandera, por 10 euros. Todos los puestos el mismo precio y en todos los puestos la misma respuesta: «Con el águila no tengo».

De nuevo, hicieron su agosto. Ahora, en sus puestos, han incluido un nuevo producto: megáfonos a 20 euros. Todo un negocio.

La marcha fue cívica y muy organizada. Transcurrió con tranquilidad y normalidad, sin tensión, durante una cálida tarde en Madrid en la que el gran protagonista fue Zapatero. Los eslóganes contra el presidente del Gobierno fueron constantes. Parecía un concurso para ver quién era el más ingenioso con su pancarta contra Zapatero o la que hiciera referencia al etarra De Juana Chaos. «Zapatero, por humanidad, convoca elecciones», fue una de las más aplaudidas por los congregados. Otro de los carteles triunfadores era el «repartido», un cartel con un lazo azul sobre fondo blanco en el que se decía: «Por la libertad, no al chantaje». El vencedor fue el gran lazo azul que fue desplegado por los cachorros del PP, que, con sus mejores galas, fueron los grandes animadores de la jornada.

Pero nada que ver con el papel de las víctimas. La cúpula del PP arropó a más de una veintena de concejales de esta formación en el País Vasco que están amenazados por ETA; de Guipúzcoa, Vizcaya y Alava. Junto a ellos, muchos de los que el odio de ETA les ha marcado para toda la vida al quitarles a sus seres queridos. Y entre ellos, los padres de Miguel Angel Blanco y José Antonio Ortega Lara.

Pasaba una hora desde que se dio el pistoletazo de salida de la manifestación y aún había manifestantes que comenzaban a arrancar su andadura desde la Puerta de Alcalá.

Muy alejada de la cabecera, la pancarta de la Asociación de Víctimas del Terrorismo, portada por la cúpula de la asociación, con su presidente José Alcaraz al frente y muchos de los que han perdido a sus familiares a manos de los asesinos. Entre ellos, Martín Sáenz de Ynestrillas. Su padre fue asesinado por De Juana Chaos, el origen de la polémica. Junto a ellos, dos veteranos portaban una bandera de España con el lema: «Ynestrillas, presente».

«Ahora que vemos que el Gobierno ha cedido al chantaje de ETA, al del asesino éste que se han llevado a su casa, es cuando más tenemos que salir a la calle, cuando más tenemos que exigirle a Zapatero que rectifique y, sino, que convoque elecciones y que nos deje a los españoles responderle en las urnas si estamos de acuerdo o no con su decisión». Las palabras de José Antonio, que se ha desplazado desde Segovia para acudir a esta nueva iniciativa de protesta contra la política antiterrorista del Gobierno de Zapatero, son secundadas con aplausos por los manifestantes que le rodeaban y escuchaban atentos a sus declaraciones a un periodista. «¿Pero de qué medio eres, dónde trabajas?». «Es que luego dicen que somos muy pocos y que somos la ultraderecha. ¿Tú crees que nosotros somos de la ultraderecha o de la derecha extrema como dicen ahora?», comenta otro de los asistentes visiblemente enfadado con los medios de comunicación.

«España por la libertad, no más cesiones a ETA», rezaba una de las últimas pancartas de la manifestación, que finalizó mientras caía la tarde de Madrid.

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