FERNANDO GAREA
MADRID.-
Si alguien esperaba que el Gobierno rectificara por la manifestación de ayer, que abandone toda esperanza. Lo dijo claramente la víspera el propio Zapatero y lo ratificó ayer, una vez celebrada la protesta, a través de un portavoz autorizado.
Es más, el Gobierno ni siquiera considera que el PP pueda hacer alarde de capacidad de movilización, porque asegura que la asistencia a la manifestación «ha estado por debajo de las expectativas planteadas desde el principio». Ni eso está dispuesto a conceder Zapatero al partido de Rajoy.
La Moncloa hizo cálculos como que sólo estuvo la mitad de los militantes del PP o el 3% de sus votantes en las elecciones generales de 2004. Es decir, que si según el Gobierno la cúpula popular no logró ni movilizar a los suyos, difícilmente puede servirle la convocatoria para conseguir algo.
Explican que el PP quiso que fuera la mayor manifestación de la democracia y ha quedado muy lejos de esa expectativa. Aseguran que «el PP no ha conectado con la sociedad» y que, tras el enorme esfuerzo de movilización, no ha reunido tantos ciudadanos como esperaban.
El secretario de Estado de Comunicación, Fernando Moraleda, aseguró en nombre de Zapatero que el PP «usa la lucha antiterrorista para hacer oposición al Gobierno», lo que, según dijo, es «insólito» en la Historia de España y de las democracias europeas.
Según el citado portavoz, «si el señor Rajoy pusiera la misma energía que en su momento puso el presidente Zapatero cuando era líder de la oposición ayudando al Gobierno elegido democráticamente, hoy ETA no sería noticia y sería noticia la victoria de los demócratas sobre el terrorismo».
La instrucción desde La Moncloa al Gobierno y al partido es la de aguantar la mirada al PP y esperar que lo que consideran una escalada infundada de tensión se vuelva contra ellos. Para ello, se volcará en los próximos días en la comparecencia del ministro del Interior y del propio Zapatero. Argumentan que la lejanía de las elecciones permite que se enfríe la opinión pública. Fuentes próximas a Zapatero ratifican que cuanto más se pida desde la derecha elecciones anticipadas, más se reforzará la intención del presidente de aguantar el envite y agotar la legislatura hasta marzo de 2008. Moraleda, en nombre del Gobierno, apeló a «todos los demócratas para mantener en vigor los dos principales valores de la democracia: la tolerancia y la convivencia». En esta línea, el portavoz socialista Diego López Garrido lamentó que se fuerze una división entre españoles que no sea la de demócratas y terroristas y criticó que Rajoy no hiciera ni una sola referencia a las víctimas del 11-M.
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