Domingo, 11 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6293.
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Juego a tres bandas del Gobierno en pleno 'plan Taurus'
Unos explosivos documentos internos de E.ON y Acciona en un Juzgado de Nueva York muestran que el Ejecutivo español ofreció a la constructora de Entrecanales las acciones de la Sepi y de la Caixa en Endesa para que hiciera frente a los alemanes. Y, a la vez, hablaba con E.ON y recibía a Enel, en juegos malabares con daño a las instituciones. / Por
Carlos Segovia

Es una cuestión empresarial», dijo el pasado viernes en Bruselas, el jefe del Gobierno español, José Luis Rodríguez Zapatero. Ya, ya. No es eso lo que aparece en los documentos que tiene en su poder la juez del Distrito Sur de Nueva York, Denise L. Cote. Ella juzga la demanda presentada el pasado 12 de octubrepor E.ON contra la constructora Acciona por presuntas irregularidades en su entrada en Endesa del pasado septiembre y está recopilando documentos internos de las partes que no tienen desperdicio.

De esos documentos y del registro de entrada del Palacio de La Moncloa se deduce un funcionamiento tercermundista de las instituciones españolas y un juego a tres bandas del Gobierno que ha tenido como desenlace el actual bloqueo en la primera eléctrica del país.

Uno de los documentos es el mail enviado el 6 de octubre de 2006 por Frank Possmeier, vicepresidente de E.ON responsable de fusiones y adquisiciones. Possmeier informaba a su jefe, Wulf H. Bernotat, sobre las últimas novedades en la operación Taurus, el tópico nombre con que los alemanes han bautizado su plan de compra de la empresa española.

En él adjuntó una diapositiva sobre «el estado de las conversaciones con el Gobierno español» y da cuenta del «Gentleman's agreement (acuerdo de caballeros)», alcanzado. El gentleman es el ex ministro de Hacienda socialista, Carlos Solchaga, que fue designado por Zapatero, a propuesta de Pedro Solbes, para intentar llegar a un acuerdo con E.ON que evitara un choque judicial con Bruselas.

Según Possmeier, se convino con Solchaga antes del verano que el Gobierno español pediría a Gas Natural -rival entonces de E.ON en la puja por Endesa- «la retirada de su OPA». Para el grupo alemán era importante, porque así no tenía que elevar el precio y se desbloqueaba judicialmente el caso.

Llegó el 12 de septiembre y todo parecía ir bien para E.ON. Zapatero brindaba en Meersburg con Merkel por «un final feliz». Y soltaba esta frase: «Dentro de lo que es el respeto a la actuación de las partes como empresas privadas, el Gobierno quiere y desea que esa resolución sea satisfactoria para los intereses alemanes, para los intereses de E.ON y, ante todo, para los intereses de los consumidores españoles y nuestro modelo energético».

Pero algo pasó después, y el Gobierno español informó a E.ON de que «no podía garantizar que la OPA de Gas Natural fuera retirada». Todo se torcía. El presidente de Iberdrola, Ignacio Galán, había cerrado la puerta al plan B que querían Antoni Brufau y Rafael Villaseca, los hombres de Gas Natural. No habría fusión con Iberdrola y la gasista de La Caixa seguía sin novio.

Además, el asesor económico del presidente, Miguel Sebastián, había recibido el 16 de septiembre a la cúpula de Enel, dispuesta a ayudar a Gas Natural a reforzar su OPA frente a E.ON.

Para colmo, el 25 de septiembre aparecía en escena un nuevo jugador. La Acciona de José Manuel Entrecanales se hacía con un 10% de Endesa y se convertía en solución española. Otro documento en el Juzgado de Nueva York deja claro cómo el Gobierno vio rápidamente que por fin había una alternativa nacional a Gas Natural, que tenía difícil hacer frente financieramente a E.ON.

«Menos de dos días después» de la entrada en escena de Acciona, el secretario general de la Energía, Ignasi Nieto, recibía al equipo de Entrecanales. «Fueron dos horas de reunión franca e intensa». En ella, «Nieto informó a Acciona que consideraba espectacular su compra del 10% de Endesa e hizo un ofrecimiento». «Está a nuestra disposición para ayudarnos en nuestra propuesta para gestionar la compañía (paquetes de acciones en poder de la Sepi y de La Caixa...y cualquier cosa que nos suceda)», según un escrito interno del secretario general de Acciona, Jorge Vega-Penichet. En el documento no sólo aparece que la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (Sepi) contaba -y cuenta- con un 2,95% del capital de Endesa, sino que la Caixa mantenía directamente un 2% del capital. Y Nieto, miembro del PSC de José Montilla, parecía controlar ambos en ayuda de Acciona. La constructora, que se propone llegar al 24,9%, nunca ha comprado más del 20%, como si contara con ambas participaciones.

Por otra parte, según el mismo documento, un directivo de Acciona llegaba, tras hablar con Luis Albentosa, consejero en la Comisión Nacional de la Energía (CNE) a propuesta del PSOE, a esta conclusión: «Todo es favorable a nuestra compra del día 25... (E.ON) no está encontrando apoyos, aunque insisten. Creo que va todo bien». En efecto, la CNE autorizó la operación el 3 de noviembre.

Visto todo lo visto, los alemanes habían decidido suspender ya a finales de septiembre las negociaciones con el Gobierno. Era la guerra. Pero Zapatero siguió su partida de billar. Quería frenar a los alemanes, pero sin enfrentarse abiertamente con ellos para no tener más líos con la Comisión Europea ni con Merkel. Así que el 4 de octubre llamó el nuevo enviado de Moncloa en sustitución de Solchaga, el secretario de Estado de Economía, David Vegara. «No podemos ayudaros si no queréis hablar», dijo a E.ON el lugarteniente de Solbes, según el mail de Possmeier. Por tanto, Vegara coqueteaba con la gente de Bernotat, mientras Nieto preparaba el terreno a la rival Acciona.

Aún así, Possmeier recomendaba en su mail continuar hablando con Vegara, «porque, a cambio, podemos conseguir la decisión de Industria (sin condiciones) y que el proceso en la CNMV vaya rápido».

Es decir, que se le podía arrancar a Vegara que el Ministerio de Industria anulara las 19 condiciones que la Comisión Nacional de la Energía había impuesto a E.ON el 29 de julio, en primera contradicción con lo pactado con Solchaga. Y Vegara podía lograr que la CNMV, teóricamente independiente del Gobierno, diera una vía rápida a la OPA alemana sobre Endesa. En opinión de Possmeier, «las ventajas de reanudar conversaciones son un proceso rápido y una futura entente con el Gobierno español».

¿Y qué dicen oficialmente los implicados? Acciona niega concertación con el Gobierno. E.ON no hace comentarios. Y el Gobierno, que lo de Endesa es un tema empresarial.

carlos.segovia@elmundo.es

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