Domingo, 11 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6293.
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Obituario / PINO LANCETTI
Un 'pintor' de lienzos de alta costura
El afamado diseñador de moda italiano vistió a reinas, cantantes y actrices desde los años 60
EDUARDO ALVAREZ

Enhebró el hilo por penúltima vez coincidiendo con el estertor de la alta costura. Era mediados de la década de los 90. Después, optó por dejar la aguja definitivamente cuando un importante -aunque reducido- grupo de sus compañeros se empeñaron en resucitarla. Ya era demasiado tarde para él. Había sido uno de los más afamados diseñadores de la época dorada en la que las clientas sabían reconocer en la ropa una obra de arte cuando de verdad lo era. Y asistir a la victoria definitiva del prêt-à-porter como única vía para sobrevivir en el mundo de la moda fue un golpe demasiado duro para él, demasiado violento para su genio orgulloso.

El jueves murió en su casa de Roma, a los 78 años de edad, Pino Lancetti, uno de los primeros espadas de la alta costura, después de una larga enfermedad. Conocido como el sastre pintor, por sus amplísimos conocimientos de pintura y su plasmación en las telas que manejaba, vistió a algunas de las mujeres más famosas entre los años 60 y los 90.

Nació en la localidad italiana de Gualdo Tadino, en la región de Umbría. Desde pequeño, se sintió atraído por el arte, y no tardó en exhibir una gran capacidad para la creación con las manos. Completó sus estudios de pintura y cerámica en la Academia Artística de Perugia y, con 25 años, se fue a vivir a Roma.

A mediados de los 50 abrió su primer taller de costura en la vía Margutta, la calle sobre cuyos adoquines ha pisado la mayor concentración imaginable de artistas por metro cuadrado. Allí, donde Fellini y Giulietta Massina fijaron su nido de amor, y donde Audrey Hepburn y Gregory Peck disfrutaron de sus mejores Vacaciones en Roma, Lancetti dio rienda suelta a sus diseños. Fue el pionero en aunar dos artes mayores, la pintura y la costura. Los cuadros de Modigliani, Kandinsky, Klimt o Matisse -su favorito- no sólo le servían de inspiración, sino que fue capaz de plasmar sobre la tela sus lienzos, que adquirían una nueva dimensión sobre el talle de la mujer.

En 1961, Lancetti presentó su primera colección en uno de los Santa Sanctorum de la alta moda: el Palacio Pitti de Florencia. Fue un rotundo éxito. Su audacia, talento e innovación le valieron para incorporar a su lista de clientas habituales, a partir de ese momento, a actrices como Silvana Mangano, Monica Vitti, Annie Girardot o Audrey Hepburn, y a reinas como Paola de Bélgica o Soraya -la princesa de los ojos tristes, a la que el sha de Persia había repudiado-, así como a una larga colección de sofisticadas representantes de la añorada dolce vita.

Lancetti presentó en 1963 una colección de ropa para mujer que supuso una auténtica revolución. Se trataba de una línea de inspiración militar que contrastaba de forma radical con el vestuario elegante y glamouroso de la alta sociedad de la época. Una vez más, su audacia fue recompensada.

Su taller de costura fue lugar de referencia hasta hace casi una década. Y en paralelo, Lancetti siguió ejerciendo de sastre pintor, participando con sus creaciones en numerosas exposiciones de homenaje a pintores universales, como la que la Villa Médici de Florencia tributó a Picasso en 1986.

A finales de los 90, el diseñador decidió abandonar la costura. Para entonces, igual que les había ocurrido a todos los grandes -Armani, Ferré, Valentino, Versace...- se había tenido que rendir a la evidencia. Una forma de concebir la moda se había acabado, las firmas no podían sobrevivir con la alta costura y era necesario engancharse a la fabricación en serie y al prêt-à-porter.

Lancetti presentó su última colección en 2000, a lo grande. Coincidiendo con los fastuosos desfiles de la Plaza de España romana, él organizó el suyo, ante 500 amigos, en un patio cercano, de estilo renacentista, obra de Bramante. En una entrevista, decía comprender, entre melancólico y resignado, que las mujeres ya no estén dispuestas a acudir cuatro veces al sastre para las pruebas de un vestido. Sin embargo, no podía disimular que su ideal femenino no había cambiado; su musa, la mujer para la que él siempre había trabajado, era aquélla a la que le sigue gustando gastar tiempo ante el espejo antes de acudir a un compromiso.

Sin duda, bien empleado si es para cubrir su cuerpo con cualquiera de los cuadros del maestro.

Pino Lancetti, diseñador, nació en Gualdo Tadino (Umbría, Italia) y murió en Roma el 8 de marzo de 2007, a los 78 años.

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