EL MUNDO
La anciana Cruz Hernández, considerada la mujer más longeva del mundo, falleció el viernes a los 128 años de edad, en el pueblo de San Agustín, localidad situada al este de El Salvador, a casi 100 kilómetros de la capital.
Nació el 3 de mayo de 1878 en San Sebastián, un pueblo en el central departamento de San Vicente, y había sido partera de profesión. En los últimos años, ya no era capaz de hablar y se pasaba dormida la mayor parte del tiempo.
«Tenía días de estar malita y el viernes, después de comer algo, un tamal y leche, se quedó dormida y ya no despertó», señaló a Reuters Margarita Ascencio, vecina y amiga cercana de la familia.
Cruz Hernández tuvo 13 hijos, 60 nietos, 80 bisnietos y 25 tataranietos. Los residentes de San Agustín la admiraban y respetaban, porque ayudó a nacer a muchos, ya que ejerció el oficio de partera hasta los 100 años.
Hasta hace pocos años, a Doña Cruz le gustaba tomarse una cerveza y dos huevos, algo que para muchos en el pueblo pudo ser el secreto de su longevidad.
En 2005, las autoridades del Registro Nacional de Personas Naturales le entregaron el Documento Unico de Identidad, tomando como base la fe de bautismo encontrado en la iglesia de San Sebastián. Con base a esos datos, se solicitó a la organización de récords mundiales Guinness que fuera registrada como la mujer más longeva del mundo, aunque no obtuvieron respuesta.
Cruz Hernández, la mujer más longeva del mundo, nació el 3 de mayo de 1878 en San Sebastián (El Salvador) y falleció el 9 de marzo de 2007 en San Agustín (El Salvador).
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