Un total de 203 agentes de la Guardia Urbana de Barcelona han recibido tratamiento psiquiátrico y apoyo psicológico desde que hace cinco años nació el Plan Integral de Atención al Guardia Urbano Enfermo (PAIGUM), que pretende ayudar a afrontar los trastornos que pueden afectar a los policías, debido a su actividad.
El programa, dirigido por el doctor Juan Ignacio Paso, que se inspiró en un proyecto similar impulsado por el Colegio de Médicos de Barcelona, está dirigido a tratar no sólo las adicciones que puedan sufrir los urbanos, como alcoholismo y consumo de drogas, sino también otro tipo de trastornos, como insomnio, ansiedad o depresión. En ocasiones, los agentes «deben enfrontarse con episodios especialmente fuertes en el trabajo, como accidentes de tráfico brutales» o «ciertas situaciones de peligro», lo que «puede precipitar una situación de ansiedad o insomnio», aseguró a Europa Press el portavoz de la Guardia Urbana, Carles Reyner.
A los agentes de la Guardia Urbana que reciben tratamiento a través de este programa, que es voluntario, se les garantiza total confidencialidad, según Reyner. Los pacientes cuentan con el apoyo de un equipo de médicos del Servicio de Psiquiatría del Hospital del Mar de Barcelona. Igualmente, el programa, que hace poco menos de un año se ha empezado a implantar entre el cuerpo de Bomberos de Barcelona, ofrece apoyo a la familia del guardia urbano afectado, ya que un problema psiquiátrico, como depresión, ansiedad y alcoholismo, afecta a todo el entorno.De los 203 urbanos que participaron en el plan, a 14 se les detectó problemas de adicción con el alcohol. De hecho, tras recibir un tratamiento psicológico y psiquiátrico, estos agentes, la mayoría de baja laboral, pudieron reducir de forma considerable la cantidad de bebida que ingerían, señaló a Europa Press el doctor Paso.
Un estudio realizado entre todos los agentes tratados a través de este programa señala que el nivel del enzima hepático GGT, uno de los valores que sirven para alertar sobre el consumo de alcohol, aunque también para otros trastornos, como la obstrucción biliar, se ha reducido entre los pacientes.
De los 199 urbanos atendidos por este programa hasta el pasado mes de octubre, 88 ya se han recuperado totalmente de sus dolencias y han vuelto otra vez al trabajo, en seis casos se han modificado sus condiciones laborales, con un cambio de horario o de destino, y 29 realizan trabajos de oficina. De los otros 76 atendidos, 29 obtuvieron la incapacidad permanente por problemas psiquiátricos.