DARIO PRIETO
LEON. - A golpe de ritmos marciales, gritos desgarrados y electrónica oscura, el Festival Internacional de Música Avanzada de León (FIMA) convirtió la plaza de toros de la ciudad en una pequeña sucursal del infierno. La segunda edición de este encuentro que organiza el Museo de Arte Contemporáneo de Castilla y León contó con la actuación de clásicos del techno industrial, como Front 242 y Douglas McCarthy (vocalista de Nitzer Ebb), actualizadores del género como Black Strobe y Motor, y una representación española de pop electrónico, encabezada por Fangoria y Digital 21.
El FIMA, que finalizó ayer por la mañana, convocó este año a una afluencia mucho menor que en la primera edición, cuando Jeff Mills, Darren Emerson y «Rinôçérôse» llenaron la plaza. Se notó la caída del cartel de Matthew Herbert (el viernes) y la coincidencia con el fútbol (el sábado).
También se echó de menos a la nutrida representación techno-rural que, en 2006, dio color a la cita. Pero, sobre todo, la elevada dosis de electrónica tenebrosa acabó por asustar a muchos asistentes.
Entre lo más esperado del festival, estaba la presentación en directo del primer álbum de Black Strobe, titulado Burn your own church, que saldrá a comienzos del verano. Arnaud Rebotini acudió a León sin Ivan Smagghe, la otra mitad del dúo francés, pero con una banda de directo. Lejos del electro siniestro de sus primeros maxis, Black Strobe parece haber optado ahora por el rock; de aire electrónico, pero rock. Así, los loops y samples se ahogan ante el bajo, guitarra y batería, y, sobre todo, ante la presencia de Rebotini, una mole bigotuda y gritona que, seguro, provocó pesadillas entre el público más impresionable.
Antes que él, Douglas McCarthy hizo lo propio, acompañado de las bases brutas del DJ francés Terence Fixmer. El cantante de los renacidos Nitzer Ebb se descoyuntó sobre el escenario, como si no tuviese 40 años. Tampoco dieron tregua otros compañeros de generación, los componentes del grupo belga Front 242. Y eso que lucen ya prominentes barrigas. Su actuación, más divertida que terrorífica, estuvo a medio camino entre Kraftwerk (de donde viene su Electronic body music) y Chimo Bayo (uno de sus mayores fans). Y acabó con su himno Headhunter.
En cuanto a la actuación de Fangoria, la banda repitió las pautas de la gira de su último disco, El extraño viaje: decorado y vestidos blancos al principio, negros al final y bakalización de sus clásicos. Nacho Canut y Olvido Gara se atrevieron incluso a mezclar Retorciendo palabras con Ecuador, otro himno noventero.
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