OSASUNA 1
VALENCIA 1
Ricardo
J.Flaño
Cruchaga
Josetxo
Corrales
Juanfran
Puñal
Nekouman
David López
Raúl García
Soldado
Cambios: Webó por Soldado (min. 59)
Muñóz por Juanfran (min. 86)
s.c.
Cañizares
Curro Torres
Albiol
Ayala
Moretti
Joaquín
Marchena
Albelda
Hugo Viana
Angulo
Villa
Cambios: Morientes por Albelda (min. 58)
Miguel por Curro Torres (min. 67)
Arbitro: Medina Cantalejo
T. amarillas: Ayala, Angulo, Corrales, Marchena, Hugo Viana.
Goles: 1-0: Puñal, (p) (min.34); 1-1: Morientes (min. 92).
REYNO DE NAVARRA. LLENO.
PAMPLONA.- El Valencia no termina de engancharse definitivamente a la pelea por el título. Parece que no quiere, más que no poder. Y eso que sigue teniendo a tiro a los dos primeros clasificados. Pero la realidad es que está dejando escapar demasiadas oportunidades para dar un golpe de autoridad en el grupo de cabeza. Ayer, como en jornadas pasadas, Barça y Sevilla le habían servido en bandeja quedarse a un punto del liderato, pero no pudo más que sacar un angustioso empate que al final hasta le supo a victoria.
Una torpeza de Moretti le brindó a los navarros la inmejorable oportunidad de adelantarse en el marcador. El lateral del Valencia estaba marcando a Raúl García, pecho con espalda, y en cuanto el centrocampista sintió el leve contacto del italiano, se fue al piso. Penalti tan claro como innecesario, y que Puñal se encargó de transformar engañando a Cañizares.
El tanto se producía superada la media hora. Hasta ese instante, el Valencia se estaba desenvolviendo con relativa comodidad ante un rival angustiado después de haber enlazado tres derrotas consecutivas y que no terminaba de hacer daño frente a una defensa muy sólida.
El conjunto valencianista, a diferencia de sus últimas salidas, salió enchufado. Mucho tuvo que ver el inesperado tropiezo del Sevilla y el reparto de puntos del Camp Nou. Con José Mourinho, técnico del Chelsea, como testigo de excepción en el palco del Reyno de Navarra, el Valencia empezó a plasmar su filosofía fuere de casa: esperar, robar y lanzar vertiginosos contragolpes.
El Osasuna tragaba saliva por lo que podía venir, hasta que uno de sus mejores hombres, Raúl García, intentó el gol de la jornada. Mandó un balón colgado desde casi medio campo y Cañizares reculó a la desesperada para evitar lo que habría sido un golazo. Luego llegó el regalito de Moretti. Una acción que propició que el Osasuna recuperara su autoestima. A partir de ahí, trató de amedrentar a un Valencia aturdido que, incomprensiblemente, bajó la guardia.
Por mucho que en la reanudación salieran con una marcha más en el segundo tiempo, al Valencia le faltaba mayor implicación. Aun así, tuvo sus opciones en un zapatazo de Villa y en otro disparo de Joaquín. Se consumían los minutos y había que mover piezas. Quique, pues, sacrificó el trabajo destructivo de Albelda y confió en el oportunismo de Morientes. Muy al final, le salió bien.