A. E.
MADRID.-
Tras la convocatoria del sábado, la plana mayor del PP se mantuvo ayer en un discreto segundo plano preparando, seguramente, dos asuntos: las respuestas que van a dar a las declaraciones realizadas por los dirigentes del PSOE en las horas posteriores a la manifestación; y los debates parlamentarios relativos a la excarcelación de De Juana Chaos y, en general, a la política penitenciaria.
En principio, ayer, de la dirección popular sólo intervino su presidente, Mariano Rajoy, quien, tras asistir a la inauguración del monumento por las víctimas de los atentados del 11-M, defendió la convocatoria asegurando que se trató de «un movimiento cívico y democrático» en el que la gente expresó de forma «serena» su «indignación» por las decisiones del Gobierno.
Rajoy insistió en que los ciudadanos que acudieron a la movilización lo hicieron porque sintieron la necesidad de expresar de ese modo «tranquilo y civilizado» su enfado por algunas de las decisiones adoptadas por el Ejecutivo que, a su juicio, «no son aceptables en un país democrático». El líder del PP volvió a solicitar «un cambio» en la política antiterrorista convencido de que los miles de personas que le respaldaron estaban diciendo «basta ya a unas cosas que están pasando en España y que la gente no acepta».
No fueron, ni mucho menos, tan analíticas o tan moderadas las declaraciones de otros representantes del PP. El presidente de la Junta de Castilla y León, Juan Vicente Herrera, empezó su intervención en la inauguración de la XI Edición de la feria Alimentaria en Valladolid, asegurando que la convocatoria había sido un «reproche democrático, sensato y cabal» hacia la última decisión de Rodríguez Zapatero. Pero después añadió que, en su opinión, el presidente «se ha hincado de rodillas ante un terrorista con 25 asesinatos en su haber» y le recriminó «haber optado por los verdugos con algunas de sus decisiones y haber olvidado a las víctimas».
Endureció la línea todavía más, también lejos de la actitud mostrada el pasado sábado por el líder popular, el presidente del PP de Asturias, Ovidio Sánchez, quien manifestó que, después de la respuesta dada por los miles de españoles que se manifestaron en Madrid, «ETA no tiene ninguna oportunidad incluso ni con la complicidad de Zapatero».
La secretaria del grupo parlamentario del PP en el Congreso, Ana Torme, regresó a la línea más ortodoxa para reclamar al Gobierno que «no claudique ante ETA». «No puede ceder ante el terrorismo y el chantaje», reclamó, y puso como ejemplo de cesión la puesta en libertad de De Juana, al que calificó, tras participar en una concentración en recuerdo de las víctimas del 11-M convocada por la AVT y Peones Negros, como «el terrorista que se ríe cada vez que hay una víctima».
El presidente del Gobierno de Navarra, Miguel Sanz, volvió a convocar a los ciudadanos a la manifestación que ha organizado para el sábado asegurando que está dispuesto a someterse al «polígrafo» para demostrar que no miente cuando dice que Navarra está en riesgo y que se sigue negociando con Batasuna. Y el presidente del PP vizcaíno, Antonio Basagoiti, calificó de «éxito rotundo» la manifestación, denunció la falta de detenciones de miembros de ETA desde que Zapatero gobierna - «un 88% menos», dijo- y aseguró que los socialistas están buscando la fórmula de que Batasuna esté presente en los próximos comicios.
|