Los partidos nacionalistas criticaron ayer con dureza la multitudinaria manifestación convocada por el Partido Popular que se celebró el sábado en Madrid. El más contundente fue el portavoz de ERC en el Parlamento catalán, Joan Ridao, que manifestó que se trató de una «exhibición de falangismo nostálgico» y la ha calificado de «auténtico golpe de Estado en la calle».
El dirigente independentista afirmó, en un comunicado, que la manifestación «confirma la deriva extremista y dudosamente democrática del PP». «El PP sólo pretende hacer derrapar como sea la situación del Estado», con la finalidad de que derive «en una inestabilidad política con el único propósito de que se convoquen elecciones», señaló Ridao, según informa Efe.
A su juicio, el nivel de crispación existente demuestra además que «las dos Españas son irreconciliables» y sitúa al catalanismo «atrapado entre un PP partidario de ir hacia atrás y un PSOE que actúa intimidado por el PP»
También ayer, el portavoz del PNV en el Congreso de los Diputados, Josu Erkoreka, tachó la manifestación de «propagandística», y afirmó que su objetivo fue «preparar el camino» hacia las próximas elecciones.
El PNV compartió este análisis con Ezker Batua, uno de sus socios en el Gobierno vasco, que interpretó que los populares han demostrado su capacidad de «instrumentalizar» el dolor de las víctimas y el rechazo social a ETA con el «único objetivo de llegar a La Moncloa», y con el PSE, que lamentó que el partido de Mariano Rajoy utilice un tema «tan delicado» como «arma política» de cara a las elecciones.
Eusko Alkartasuna, tercer integrante del tripartito vasco, afirmó que el PP se ha convertido en «el portavoz de la extrema derecha» y que «pretende imponer un modelo de España imperial» ajena al concepto de democracia occidental avanzada.
El portavoz del PNV en la Cámara Baja, Josu Erkoreka, afirmó que la movilización de los populares es «una más» de las promovidas por ese partido, que tiene como objetivo «preparar el camino» para las elecciones municipales y generales, sobre todo, tras escuchar la petición de anticipo de elecciones.
También alertó del «tinte enconado», «desabrido» y «extremadamente duro» que está adquiriendo el debate político, en «el que se cruzan descalificaciones muy fuertes»; este hecho, según alertó, puede provocar que la crispación «trascienda los límites institucionales» y «llegue a la calle, confrontando a la población y creando un clima de enfrentamiento civil», posibilidad que consideró «preocupante».
El portavoz de CiU en el Congreso de los Diputados, Josep Antoni Durán i Lleida, afirmó que «aunque por razones de partido se diga» que en la manifestación de Madrid convocada por el PP «ha habido poca gente, no se puede ocultar que ha tenido su éxito».
Durán señaló que «desde hace semanas se va transmitiendo un mensaje falso a la ciudadanía».