JOAQUIN MANSO
MADRID.-
Frits Schippers es holandés. Perdió a su hijo y a su nuera en el atentado de Al Qaeda en Bali, donde murieron 188 personas, 52 de ellas europeas de 11 países distintos. En Holanda, que apenas ha sufrido históricamente la violencia terrorista, Frits no encontró en sus instituciones ni en la sociedad la comprensión y el apoyo que sí observa que se ofrecen en España. Para él, el terrorismo dejó de ser un problema doméstico de las naciones afectadas, algo que aparecía lejano: la globalización del fenómeno significa que cualquiera puede sufrirlo, en cualquier lugar y en cualquier momento.
En este nuevo contexto, el vicepresidente de la Comisión Europea, Franco Frattini, propuso recientemente la creación de un marco único de atención a las víctimas de cualquier clase de terrorismo en la Unión Europea. Para canalizarlo, la Asociación de Ayuda a las Víctimas del 11-M impulsó la creación de una organización que aunase a los distintos colectivos de asistencia y ayuda que existen en Europa. Surge así la Red Europea de Víctimas del Terrorismo, que ayer se presentó en un emotivo acto en el Círculo de Bellas Artes de Madrid.
Bajo el lema La voz de las víctimas y presentadas por Conchita Martín, viuda del teniente coronel asesinado por ETA Pedro Antonio Blanco, 11 afectados ofrecieron su testimonio de la grandeza moral con la que hacen frente a diario a su condición.
Ayer se escuchó la voz firme de tres víctimas de ETA, Carmen Calvo, Pilar Elías y el ex funcionario de prisiones José Antonio Ortega Lara, quien subrayó que «el sacrificio de quienes han sufrido el terrorismo debe proyectarse hacia las generaciones futuras»; de otras tres del 11-M, el rumano Lorin Ciuhat, la francesa Joëlle Voyer y la marroquí Jamila Ben Sellah, que perdió a su hija -«mi ángel»- en los atentados, y dos del IRA, Michael Gallagher -«tenemos mucho que compartir unos con otros»- y Colin Parrel. También intervino una de las pioneras de la rebelión cívica contra el terrorismo en Francia, Françoise Rudetzski, un representante de una víctima italiana y el ya mencionado Frits Schippers.
El acto fue apadrinado por la presidenta de la Comunidad de Madrid, Esperanza Aguirre, que expresó su deseo de que «nunca más la locura humana que es el terror, el querer imponer dictámenes políticos mediante la utilización de la violencia, se dé en Madrid, ni en España, ni en el mundo». Aguirre acudió acompañada por su vicepresidente Alfredo Prada. En representación de Franco Frattini estuvo su jefe de Gabinete, Lorenzo Salazar.
La Red Europea de Víctimas del Terrorismo, que dirige la española María Lozano, está financiada en un 80% por la UE. Está previsto que el próximo 7 de julio la organización continúe con su difusión internacional en un homenaje en Londres a las víctimas del 7-J.
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