En Navalquejigo, cerca de El Escorial, vivían desde hace años un grupo de okupas. Hace dos semanas fueron desalojados por la Guardia Civil, que posteriormente les ha permitido acceder para recoger sus pertenencias.
El pasado lunes, la Guardia Civil retiró los precintos de estas viviendas siguiendo órdenes judiciales. El titular del juzgado número 3 de El Escorial, ha decidido retirar los cargos presentados por posible delito de usurpación. En su defecto, la ocupación de los jóvenes queda considerada como desahucio.
Mientras tanto, los once habitantes permanentes del poblado medieval continúan instalados en el tentadero del pueblo. Todos ellos siguen durmiendo en dos autobuses y varias furgonetas, en tanto que deciden hacia dónde orientar sus destinos.
Dentro de este colectivo llama la atención la presencia de varios jóvenes con alta formación, incluso universitaria. Dos de los habitantes okupas de este viejo pueblo son licenciados en Historia y Farmacia.
Daniel González de Requena es farmacéutico. Tiene 30 años y sigue trabajando de becario en programas de investigación, que no le ofrecen un sueldo digno para comprar una vivienda. En la actualidad trabaja con un ordenador portátil con Internet para la Universidad de Turín. «El dinero que gano lo empleo en vivir, porque no puedo condenarme a destinar toda mi vida a una vivienda, y además compartida con otro asalariado», explica.
Daniel estudió y vivió con sus padres en Madrid hasta 1998. Sigue en contacto con ellos, «incluso han venido a visitarme, como otros padres y han alucinado».
Tras el desalojo, Daniel se ha marchado a Italia por obligaciones de su trabajo. Tuvo que firmar una autorización a sus compañeros de vecindario para que recogieran las propiedades que habían quedado en la casa, tras el desahucio.
Daniel y Juan Burriel, además de universitarios y residentes en Navalquejigo, han llevado vidas paralelas desde pequeños.
Ambos residían en el madrileño barrio de La Estrella y estudiaron en el colegio de Los Agustinianos. Sus padres compraron una segunda residencia en la urbanización Cerro Alarcón, de Valdemorillo, donde se hicieron amigos. En este mismo pueblo tomaron contacto con los movimientos alternativos y okupas. En 1998, junto con varios amigos más, abrieron un bar en esta localidad, identificado con este tipo de cultura. Y fue en el ambiente de este bar donde se enteraron de la posibilidad de vivir en un viejo pueblo abandonado de El Escorial.
En 1999 se trasladan a Navalquejigo para compartir el pueblo con otros grupos de Villalba. Durante cerca de tres años, los ingresos del bar de Valdemorillo sirvieron para acondicionar la vivienda que Daniel y Juan ocupaban en el poblado. En ella se daban cita otros miembros del movimiento okupa, para compartir actividades culturales principalmente.
Juan Burriel optó por estudiar Historia, especializándose en el Siglo XX. «Ya en la carrera supe que saldría directamente al paro. Pero tenía en mente otros proyectos, incluso hice el CAP (Curso de Adaptación Pedagógica), porque no descarto trabajar como profesor», añade.
También ha trabajado de socorrista en piscinas de verano y como repartidor de publicidad. Actualmente trabaja en una empresa de cartelería y publicidad externa de San Sebastián de los Reyes.
Los padres de Juan también le han visitado en su casa de Navalquejigo. «Han venido cuatro veces, incluso con mis sobrinos, para ver las galas de circo que organizamos. Lo han asumido bien, porque han visto que vivimos en una casa de pueblo arreglada». afirma
Sus sueldos, próximos a 1.000 euros, son absolutamente incompatibles con el precio que hoy día han alcanzado las viviendas. Por ello, ni se plantean este tipo de compra. «No puedo aspirar nunca a nada; la solución es comprarme una caravana. Espero poder conseguir una con agua caliente», explica al ser preguntado por su futuro a medio plazo.
Geografía de la 'okupación'
Navalquejigo, poblado medieval de El Escorial desalojados por la Guardia Civil por orden judicial.
Centro Social La Casika, en la calle de Montero 15 de Móstoles. Una casa rural con solar tomada en 1997 que destaca por sus conciertos y talleres.
Centro Social Seco, 'okupado' en 1991. Ha logrado el apoyo de los vecinos del barrio Adelfas y una nueva sede 'legal'
La Alarma (situada en Embajadores), El Pelícano (ubicado en Opañel) y El Cabo (en Estrecho).
El antiguo Salón de Bodas Milano, situado en la calle de Huerta de Casteñeda, 4 (Alto de Extremadura), tomado el 8 de marzo.
