El proyecto ganador, al que ha tenido acceso M2, lo firman dos profesionales españoles. Junto a prestigiosos arquitectos foráneos que ya están trabajando en Valdebebas -como Norman Foster o Richard Rogers- este espacio del este de la capital tendrá también sello español.

Los encargados de levantar el Juzgado de Menores son Rafael de la Hoz y Jaime Duró. Las obras, que tienen un presupuesto de 27 millones, serán ejecutadas por Acciona y comenzarán después del verano.

Los dos creadores españoles -de reconocido prestigio y gran experiencia- construirán el edificio que cerrará físicamente el complejo, ya que el Juzgado de Menores estará en el extremo sureste del área judicial. El inmueble tendrá 19.692 metros cuadrados distribuidos en cinco plantas y tres sótanos. Además, contará con 20 salas de vistas (10 grandes y 10 medianas), junto con un aparcamiento de 30 plazas.

La estructura circular del bloque (como puede verse en el gráfico) viene determinada por el diseño general del conjunto, que prevé una serie de edificaciones circulares relacionadas entre sí.

Esta ordenación fue diseñada por los arquitectos Frechilla y López-Peláez y distribuye los 14 edificios en un espacio de 202.000 metros cuadrados. En total, la parcela del Campus tiene un kilómetro de largo y entre 200 y 250 metros de ancho.

Este espacio será utilizado por unas 5.000 personas que trabajarán allí a diario. Además, se espera que a esas instalaciones acudan otros 15.000 visitantes también cada día.

La fachada del Juzgado de Menores será la más visible desde la autopista de peaje que va a la Terminal 4 de Barajas. Por eso, tendrá una gran importancia estética. El edificio tendrá un gran patio interior que servirá para dar iluminación y ventilación natural a todo el espacio. Además, contará con un corredor circular «en forma de grieta», como explican los arquitectos en su proyecto, que dividirá el edificio en una parte interior y otra exterior.

En este espacio coincidirán todos los visitantes y todas las estancias: público, funcionarios, abogados, jueces... y será el gran pasillo distribuidor para cada una de las salas y espacios del Juzgado. El proyecto también destaca que todas las estancias y recorridos tendrán vistas y luz procedente del patio interior, del corredor o del exterior del edificio.

Además, habrá dos conjuntos de ascensores para acceder rápidamente a sus cinco plantas y a los sótanos.

El Campus de la Justicia será uno de los mejores escaparates de la arquitectura de vanguardia en Madrid. El Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM) y la Audiencia Provincial estarán firmados por Norman Foster. Y el edificio de usos múltiples lo realizará el británico Richard Rogers, autor de la T-4 de Barajas.

El impulsor del proyecto, el vicepresidente regional, Alfredo Prada, espera que al menos otro de los edificios que se adjudicarán esta legislatura sea diseñado por firmas de reconocimiento internacional. En la siguiente etapa de gobierno (2007-11) se irá adjudicando y construyendo el resto del Campus.

Rafael de la Hoz y Jaime Duró son dos autores de reconocido prestigio. El primero es uno de los más renombrados arquitectos españoles que ha sido reconocido por premios internacionales, como el American Architecture Award 2004. Entre sus obras más conocidas está la sede de la Empresa Nacional de la Energía (Endesa), en Madrid, la del Comité Olímpico Español (COE), el Consejo Superior de Cámaras de Comercio o la central de BMW en la capital.

Jaime Duró, por su parte, fue decano del Colegio de Arquitectos de Cataluña y presidente del Consejo Superior de los Colegios de Arquitectos de España.

Valdebebas concentrará en un solo espacio los juzgados que ahora están dispersos por 19 sedes diferentes en toda la capital. Allí estará el Registro Civil, los juzgados de lo Social, Penal, Civil, Mercantil, Contencioso-Administrativo, de Menores y de guardia, la Fiscalía, el Decanato de los Jueces, el TSJM, la Audiencia Provincial y el Instituto de Medicina Legal, así como un edificio de usos múltiples. El presupuesto total, según fuentes de la Consejería de Justicia, ascenderá a 500 millones de euros, que serán sufragados con la venta de las 19 sedes actuales.

Pocos proyectos han sido tan codiciados y pocos, también, han contado con tal baile de ubicaciones y sedes como ha sufrido la antes llamada Ciudad de la Justicia.

El proyecto viene de lejos, de hace 15 años. Cuando Leguina gobernaba el Ejecutivo de Madrid ya pensó ubicar la Ciudad de la Justicia en la antigua fábrica de tabaco de la avenida de las Islas Filipinas. Los socialistas perdieron en 1995 y esos planes pasaron a mejor vida.

Fue el siguiente jefe del Ejecutivo, Alberto Ruiz-Gallardón, el que mareó durante más tiempo esta posibilidad, ni más ni menos que ocho años. El ahora alcalde planteó que la ciudad judicial estuviera en los terrenos del Canal de Isabel II de plaza de Castilla, enfrente de los juzgados. Ante las dificultades con los reversionistas, el presidente cambió de idea: la Ciudad estaría en las cocheras del Metro de la avenida de Asturias.

Tampoco convenció esta nueva idea, con lo que el complejo se construiría, definitivamente, se decía, en la 'operación Chamartín'. Era la cuarta ubicación y todos esperaban que la última.

Gallardón se fue y llegó Aguirre en 2003. El vicepresidente Alfredo Prada se puso a buscar emplazamiento y lo situó en Valdebebas. El 1 de febrero, la cúpula judicial, con representantes del Gobierno de España, de la Comunidad y del Ayuntamiento, dio el espaldarazo definitivo al «mayor complejo judicial del mundo», según dijo el presidente del Supremo, Francisco Hernando.