Pero es que el proyecto de movilidad que prepara Sebastián para el corazón en la capital va más allá. «Restringiremos el tráfico en la parte que va desde la calle de Alcalá (una vez pasado Cibeles) a Sol, hasta San Bernardo. Se mantendría el servicio de taxi, hoteles, servicios, carga y descarga. La idea es poner un tranvía en la zona, porque hay gente mayor a la que no le apetece hacer todo el tramo andando. Extenderíamos la peatonalización a las plazas de alrededor, como el barrio de Las Letras», precisó Gallego.

Respecto a la restricción del tráfico, el proyecto que se prepara afectaría «a la calle de Alcalá hasta San Bernardo y la Red de San Luis. Las calles de alrededor se peatonalizarían». Gallego cree que el problema del tráfico en Madrid «tiene solución». «El efecto del tranvía beneficiaría a la circulación. Hoy no es que se vaya a Gran Vía y al centro en coche, es que sólo se pasa. Se usa como otra vía». Todo esto está dentro de su proyecto de regeneración de todo el centro, de las calles que salen de Gran vía y que «están bastante abandonadas. Se trata de recuperar esos espacios para que los usen los ciudadanos», asegura.

El pasado 1 de febrero, el candidato socialista prometió un tranvía que cruce la Castellana y otro que recorra los barrios del Este, conectando Puente de Vallecas, Moratalaz, Ciudad Lineal, San Blas y Hortaleza. Objetivo: facilitar la movilidad, descongestionar la línea 6 de Metro y mejorar la integración. Pero la revolución Sebastián pasa por cambiar la mentalidad de los madrileños y su forma de moverse. Es por ello, por lo que quiere que a los menores de 21 años les salga gratis el transporte público. Una vez que pasen esa barrera crítica para su bolsillo, podrán disfrutar del abono transporte joven (un 40% más barato que el normal) hasta los 26 años (ahora se limita hasta los 21).

Por su parte, el Consistorio repartió en una rueda de prensa un análisis de la propuesta de Sebastián sobre la Gran Vía. En el estudio, se asegura que «no hay alternativas capaces de absorber 52.000 vehículos al día», que se «cargaría las calles de desvío (San Bernardo y Hortaleza) de un tráfico excesivo». Añadió el Ayuntamiento que «dejaría las calles entre San Bernardo y Hortaleza sin continuidad (sin salida) creando graves problemas de movilidad a los barrios y sin acceso a los aparcamientos».

La peatonalización de Gran Vía cogió a contrapié a Ruiz-Gallardón y le obligó a entrar en precampaña. Ese mismo día, aprovechó su comparecencia ante los medios para 'atizar' a su rival. «Sería bueno, y lo digo con todo respeto, que continuase con la fase de documentación e información sobre la realidad de Madrid antes de hacer propuestas que, porque no ha tenido tiempo suficiente, son precipitadas y muy poco documentadas», precisó.

El regidor trató de desmontar la propuesta de su rival e incluso llegó a decir, no sin algo de condescendencia: «Yo creo que se ha equivocado de calle». Ruiz-Gallardón aseguró que la Gran Vía es una arteria clave para la capital, que utilizan 14 líneas de autobús y miles de usuarios del taxi. Luego pasó al contraataque y dijo que la peatonalización de la Gran Vía impediría poder «recuperar para el peatón» calles como Arenal y Montera y plazas como Santo Domingo y la Luna. Según los datos que aportó, el 50% de los ciudadanos que utiliza la Gran Vía lo hace en transporte público. Repartió un informe a los periodistas contra la propuesta de Sebastián. «Si hubiera pedido al Ayuntamiento estudios de movilidad, yo se los hubiese dado encantado, probablemente no se hubiese equivocado», dijo. Respecto a la propuesta de transporte gratuito para menores de 21 años, su concejal de Hacienda también la calificó de «error» por su coste.