¿Quién acompañará al ministro del Interior? Hace 15 días no cabía ninguna duda sobre el favoritismo de Royal ni se dudaba de la corpulencia de la familia socialista. Ahora, en cambio, llama la atención que François Bayrou, ex ministro de Educación y aliado con matices del Gobierno en el poder, haya subido seis puntos en dos semanas y casi 10 en el plazo de un mes.

La estabilidad de Sarkozy y el descenso de Ségolène (-5 puntos en 15 días) demuestran que el llamado tercer hombre pesca con provecho en aguas socialistas. Es el icono de los llamados bo-bo (bourgeois-bohémien), que gusta en la gauche caviar, gana terreno en los ambientes universitarios y exprime como un limón su reputación en el terreno agrícola y gremial.

El problema es que el escenario electoral de Francia, precario como un boceto desdibujado a 40 días de los comicios, tiene pendiente despejar algunas cuestiones tan peliagudas como el número de votantes indecisos (45%) o el desenlace de la candidatura de Jean-Marie Le Pen.

El líder del Frente Nacional lloriquea porque todavía no tiene reunidas las 500 firmas de alcaldes y cargos electos que se requieren para aspirar oficialmente al Elíseo. Las dudas se resolverán el próximo 16 de marzo, cuando finalicen los plazos de inscripción de candidatos, aunque la hipotética ausencia de Jean-Marie Le Pen beneficiaría claramente las aspiraciones políticas de Nicolas Sarkozy.

El líder del partido gubernamental Unión por un Movimiento Popular (UMP), en efecto, obtendría entonces el 34,5% de los sufragios (primera ronda). Conviene tenerlo en cuenta porque el dato demuestra que Sarkozy adquiere una clara proyección en la derecha.

De otro modo no habría aprovechado sus últimas intervenciones para reclamar la creación del Ministerio de la Inmigración y de la Identidad Nacional. La iniciativa suena nominalmente un poco mussoliniana, pero Sarkozy se ha encargado de recordar que su objetivo consiste, simplemente, en seleccionar el flujo de extranjeros y en fomentar las condiciones de integración «en beneficio del bien general».

Las puntualizaciones realizadas ayer también tuvieron presente la figura pujante de Bayrou. Dice Sarko que el líder de la UMP es la imagen misma del inmovilismo, aunque, curiosamente, no descartó la idea de nombrarlo primer ministro si finalmente se impusiera en las presidenciales.

A favor de su victoria juega otra encuesta concluyente realizada en estos días por el instituto Ipsos conjuntamente con el semanario francés Le Point. El candidato Nicolas Sarkozy obtendría el 53,5% de los votos según este sondeo, mientras que su rival Ségolène Royal, teórica aspirante al pulso final, se resignaría al 46,5% restante.