Lunes, 12 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6294.
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Bush llega a Bogotá con las manos vacías
El presidente de EEUU renueva su apoyo a Uribe, pero recorta las ayudas a Colombia
SALUD HERNANDEZ-MORA. Especial para EL MUNDO

BOGOTA.- George W. Bush aterrizó en una capital blindada por 21.000 policías y ocho batallones del Ejército, para darle unas palmaditas en la espalda a su mejor aliado en la región, Alvaro Uribe, y poco más. Esta vez no llegó con un pan bajo el brazo sino con malas noticias. El Tratado de Libre Comercio (TLC), que el mandatario colombiano considera fundamental para el desarrollo del país, está en cuidados intensivos porque la nueva mayoría demócrata no es partidaria de firmarlo. Y los fondos para el Plan Colombia corren el peligro de sufrir recortes significativos.

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Además de esas dos cuestiones cruciales para el Gobierno colombiano, los dos presidentes abordaron en Casa Nariño, sede presidencial, el escándalo de las relaciones entre los políticos y los paramilitares, que ha enturbiado las relaciones de Colombia con el Legislativo norteamericano. Asimismo, hablaron del secuestro de tres contratistas estadounidenses que llevan dos largos años en manos de la guerrilla, la situación de los emigrantes colombianos en la nación del norte del continente y la producción de energías alternativas como el etanol.

El presidente Bush dijo en una breve rueda de prensa que le dejaron satisfechas las explicaciones de su homólogo sobre la independencia de la Justicia colombiana, lo que garantiza que no habrá favoritismo con los políticos que estuvieron implicados con los paramilitares, así sean cercanos al Gobierno. Asimismo, indicó que trabajará por lograr la aprobación del TLC.

Sobre los secuestrados, afirmó que «sus captores deberían mostrar un sentido humanitario» y que conoce que el Gobierno colombiano «está desarrollando una estrategia para conseguir su libertad con seguridad», sin aclarar si eso significaba que aprobaba un rescate militar o sólo un acuerdo. Aunque Colombia es el más firme aliado de Estados Unidos en Latinoamérica, el que le hace contrapeso a Hugo Chávez. Este país ha sido el punto de la gira en donde Bush pasará menos horas y el único en donde no pernoctó. Llegó a las 12.00 horas, fue directamente a Casa Nariño y allí permaneció hasta las cinco de la tarde, hora en que se trasladó a su legación diplomática antes de partir hacia Guatemala.

Tras los dos encuentros que mantuvieron los presidentes y sus delegaciones, Bush se reunió con 13 agricultores de zonas de guerra y narcotráfico, beneficiados por los programas sociales que patrocina su nación, y se dio una vuelta por unos puestos instalados en uno de los patios del palacio presidencial, donde exhibían productos alternativos a los cultivos de coca, como el cacao, promovidos por el Plan Colombia.

Durante la mañana se produjeron diferentes incidentes entre las fuerzas antidisturbios y grupos de manifestantes, convocados por diversas centrales obreras y el izquierdista Polo Democrático para protestar por la visita. Fueron detenidas 25 personas que rompieron escaparates y mobiliario urbano. Ello a pesar de unas medidas de seguridad sin precedentes en Bogotá, que ayer parecía una ciudad fantasma. Al número de efectivos citados arriba, hay que agregar 40 tripulaciones de la Fuerza Aérea dispuestas a entrar en acción, 375 miembros del servicio de los cuerpos de seguridad de Washington que estuvieron tres semanas en la capital supervisándolo todo, decenas de francotiradores apostados en las azoteas, una caravana presidencial de 70 vehículos, amén de varias normas restrictivas para la población.

Algunos analistas consideraron que el viaje no podía aportar gran cosa puesto que Bush está en franca decadencia, con unos índices de popularidad en picado, y lo necesario en estos momentos es conquistar a los demócratas del Capitolio, que son quienes ahora mandan.

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