BARCELONA.-
La polémica por la concesión de la prisión atenuada al etarra Iñaki de Juana Chaos y por la manifestación del PP el sábado llegó ayer a la política catalana.
El presidente de la Generalitat, José Montilla, consideró que el Gobierno central debería haber tenido «más capacidad de reacción y más capacidad de previsión» respecto a la actitud del PP en este asunto. «Por parte del Gobierno, hubiera sido necesaria una explicación y una preparación de la opinión pública» sobre esta decisión, indicó.
Por su parte el presidente del PPC, Josep Piqué, aseguró que la posición de su partido en materia antiterrorista va «más allá de la política», es una «posición ética» y no cambiará en función de los intereses electorales ya que «con la política antiterrorista no puede haber acomodación a la coyuntura».
ERC vinculó la manifestación a una campaña del PP para inmovilizar el marco legal del Estado, que también está haciendo peligrar el Estatut. El candidato de ERC a la alcaldía de Barcelona, Jordi Portabella, también reclamó al Gobierno que no ceda a estas presiones.
Y el presidente de CiU, Artur Mas, censuró al presidente de la Generalitat, José Montilla, por «entrar en la dinámica de confrontación y de lucha permanente» entre PP y PSOE a cuenta del caso De Juana.
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