Así se ha pronunciado la Generalitat al hacer públicas las conclusiones de su expediente informativo, que finalmente ha archivado por entender que «la práctica asistencial efectuada en los dos casos estuvo dentro de los criterios usualmente aceptados».

Los resultados de estas comprobaciones ya han sido remitidos al juzgado de instrucción número 14 de Barcelona, que investiga si existió alguna imprudencia en la asistencia médica del Hospital Evangélico por la muerte de una paciente de 33 años que se recuperaba en el postoperatorio de una intervención de cirugía estética.

Cuatro días después de este fallecimiento, se produjo otra muerte en el mismo centro en una mujer de 44 años que acababa de recibir el alta médica tras otra operación de cirugía estética, lo que disparó todas las alarmas en la Generalitat.

Como medida de prevención, el Departament que dirige Marina Geli decidió suspender la actividad quirúrgica del centro hasta que no fueran aclaradas las circunstancias en que se habían desarrollado las dos intervenciones. En cualquier caso, desde un principio los técnicos de Salut hicieron hincapié en que las controvertidas operaciones quirúrgicas se habían llevado a cabo en dos quirófanos diferentes y a cargo de dos equipos médicos distintos que habían alquilado las dependencias del Hospital para realizar las intervenciones.

Además, el Hospital Evangélico cuenta con la autorización de la Administración catalana para practicar operaciones de cirugía estética desde el año 2005.

A pesar de las conclusiones señaladas en relación a la no vinculación entre los dos fallecimientos, el Departament ha decidido mantener la suspensión cautelar de la actividad quirúrgica al haber detectado algunas carencias «desde la vertiente del análisis de la organización, revisión de estructuras, protocolos y procedimientos de actuación clínica».

Desde el Departament, se impulsarán acciones informativas y de mejora dirigidas a los centros, profesionales y sociedades científicas relacionadas con la cirugía estética, «así como la de garantizar la máxima información hacia los ciudadanos y la mejor comprensión sobre los riesgos que comporta cualquier intervención quirúrgica».

Por su parte, el presidente de la Sociedad Española de Medicina y Cirugía Cosmética, Víctor García, consideró ayer en declaraciones a Europa Press que «no es ningún problema» el hecho de que los dos médicos que intervinieron a las dos pacientes fallecidas tras someterse a una operación estética no hubieran cursado la especialidad. «No significa ningún demérito no disponer» de dicho título porque «se puede tener toda la capacitación y experiencia necesaria» para ello, según remarcó García, que atribuyó al «infortunio y mala suerte» lo sucedido.