LUIS ALEMANY
MADRID.-
«Ayer fuimos allí, al parque [señala hacia El Retiro madrileño]... ¡Vaya cosa!, había una especie de escenario con columnas y 50 tipos que tocaban los tambores, todos a la vez...». Lo cuenta Dolores O'Riordan, asombrada, como si la cantante de los muy exitosos y muy callejeros Cranberries no hubiese salido un sábado por la noche en décadas. Y algo de eso debe de haber en el caso de O'Riordan, retirada a una granja en la que «no hablamos de mi música», millonaria y madre de tres hijos (el mayor de ellos, casi quinceañero).
No suena muy rock'n'roll, la verdad: «¿Y qué es ser rock'n'roll? Yo tengo bastante claro que esto es un trabajo, igual que el que tiene una tienda. Es un buen trabajo. Disfruto de él e intento hacer disfrutar. Y no, no me da miedo acabar lejos de este mundo como le pasa a otras estrellas porque, ¿sabe?, he pasado unos cuantos años cambiándole los pañales a mis hijos. No hay muchas cosas tan reales como ésa».
La irlandesa defiende ahora su oficio en solitario, alejada por primera vez de su banda de siempre. Después del «hiato» decretado por los Cran's, O'Riordan se ha tomado cuatro años para completar el esperado Are you listening?; una docena de canciones que, a simple oída, suenan a Cranberries (el timbre apasionado de O'Riordan marca mucho) pero que, según la artista, son un punto y aparte.
Primero: por las letras. «Son más oscuras, sí. Hay una presencia importante en ellas que es el cáncer. Una persona muy cercana murió de cáncer y eso influye. Todos nos encontramos tarde o temprano con el cáncer en la vida: en un hermano, en una pareja, en los padres... Todos nos encontramos con un momento en el que comprendemos que nuestros padres no vivirán siempre. Esa idea tiene mucha presencia en el disco».
Segundo: por el proceso. «Esto ha sido como hacer bocetos y bocetos en vez de un gran óleo. Todo es más meticuloso, pero, a la vez, hay más margen para experimentar».
¿Y lo que se ha perdido por el camino? O'Riordan está de acuerdo con que uno de los encantos de los primeros discos de los Cranberries reside en su aire amateur. «Sí, yo utilizo la palabra naïf. Pero no me importa no poder ser naïf nunca más. No tengo 18 años y no quiero tenerlos».
Sólo falta por comprobar si el directo de O'Riordan en solitario también será muy distinto al de los Cranberries. «Aún no tengo nada preparado pero sé que serán conciertos en salas relativamente pequeñas. Eso me hace mucha ilusión». Su debut, por cierto, se podrá ver en Barcelona (29 de mayo).
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