Pregunta.- Rajoy-Zapatero, Burger-McDonalds, Coca-Pepsi, gutistas-antigutistas...

Respuesta.- Lo que pasa es que mi posición en el campo se presta para discusiones de ese estilo. Naturalmente, durante un tiempo me sentí desorientado. Ahora, incluso creo que este tipo de divisiones son buenas para el fútbol. Lo digo con mucha modestia, no me creo especial, nada de eso. Pero me parece que es mejor hablar y discutir de estilos de fútbol que de si un árbitro se equivocó con un penalti. Supongo que en lo bares se debe discutir sobre estas cosas.

P.- Por lo que pudimos ver la semana pasada, antes de Múnich, Capello se debió meter en el bar equivocado...

R.- Para mí fue también una sorpresa. No esperaba quedarme fuera. Yo tengo mis sentimientos. Es fácil afirmar en las tertulias periodísticas o en las opiniones de prensa que lo que tenemos que hacer los jugadores es pensar en el colectivo y no ser egoístas. Yo no me marché del campo o me negué a jugar por haberme quedado fuera del equipo titular. Personalmente, me dolió esa decisión, pero sólo faltaba que yo no pudiera tener mis sentimientos. Otra cosa, que no lo hice, fue criticar públicamente a Capello por eso.

P.- ¿Le ha dado después alguna explicación?

R.- No. Hay mucha demagogia en este sentido. Parece un hecho indiscutible que los futbolistas damos por buenas e inamovibles todas las decisiones de los técnicos. Eso no es así. Otra cosa es que necesitemos que nos las expliquen. Algunos sí quieren y otros no. Esto no es un asunto cerrado. Me parece muy bien que haya entrenadores que no justifiquen nada, como también me parece bien que haya entrenadores que quieran explicar sus decisiones. Cada uno lo hace según su libro de estilo. Otra cosa sería que Capello no me diera explicaciones, pero sí a otros. Y eso no es así.

P.- ¿Eso no es lo que ha ocurrido con Emerson?

R.- Sinceramente, no sé lo que ha pasado con Emerson.

P.- Ha llegado un punto de manteo a este jugador que hasta provoca cierta lástima. ¿A usted le da pena?

R.- No me da ninguna lástima porque es un jugador de élite y miembro de la plantilla del Real Madrid. Las cosas no le están saliendo como él esperaba, pero seguro que saldrá adelante.

P.- Usted las ha pasado moradas en el Bernabéu. La grada se lo ha llegado a poner realmente muy difícil. ¿Por qué no llegó a un pacto con anteriores entrenadores para jugar solamente los partidos de fuera?

R.- Yo me he criado en el Real Madrid. Si un canterano como yo, que ha logrado permanecer tantos años en lo más alto, no quiere al Bernabéu, es como si no quisiera a su madre. Esta afición es muy exigente, pero no puedo decir que sea ingrata, nada de eso.

P.- ¿Pensó usted que con Capello iba a jugar tanto? En principio, la visión que él tiene del fútbol no encaja mucho con la suya.

R.- Yo dije cuando llegó que sí esperaba contar bastante para él. Lo de Múnich me sorprendió, desde luego. Antes y después de ese partido, me ha demostrado siempre una enorme confianza. Ya lo hizo en su primera etapa como entrenador.

P.- Sin usted en Múnich, el Madrid cayó por falta de arrojo en la primera parte. Ha quedado la sensación de que Capello falló sin excusa ninguna. El equipo no carbura. ¿Entiende que el técnico ha fallado a las expectativas?

R.- Si yo dijese algo en este sentido no me estaría comportando como un profesional. Lo que sí quiero dejar claro es que o se cree en Capello o no, pero utilizarme contra él me parece estúpido. Cuando se le fichó ya se sabía qué clase de entrenador era. Atacarle por ser Capello no tiene ningún sentido. Otra cosa sería que estuviera haciendo cosas diferentes a las que ha hecho a lo largo de su carrera.

P.- ¿Qué le pareció el Barcelona el otro día? ¿Cuántos escalones está por debajo del campeón del año pasado?

R.- Me quedo con que jugamos un partido precioso. El fútbol estaba algo decaído, parecía que la Liga española estaba perdiendo fuerza respecto a otras extranjeras. Lo que el Barcelona y el Madrid demostraron el sábado es que son dos equipos grandísimos, y desde luego me parece una injusticia que no estemos los dos en los cuartos de final de la Liga de Campeones. Los aficionados de Europa seguro que nos echan de menos.

P.- Ya, ¿pero el Barcelona ha bajado puntos?

R.- A nosotros nos pasó lo mismo en su momento. No creo que sea falta de hambre de títulos, que es algo muy recurrente. Mantener una línea tan elevada siempre es muy complicado. Creo que aquí la gente se vuelve un poco loca. En otros países no tendrían sentido visiones tan alarmistas y tan contundentes. El Barcelona ha tenido lesiones importantes. No hace un fútbol tan exacto como antes, pero eso son matices y cada uno es discutible. En el Real Madrid ocurrió lo mismo.

P.- Pues según parece, si no se gana la Liga, en el Madrid se avecina una limpieza del vestuario de ésas que harían época.

R.- Los máximos responsables son los que deciden. Yo lo que pediría es un poco de respeto a jugadores que hay aquí dentro y que han sido muy importantes en la historia del Real Madrid. Pero lo que tenga que ser, que sea; somos profesionales.

P.- Adiós a Zidane, Beckham, Ronaldo, Roberto Carlos... Suena a que el final del verano llegó...

R.- Así es. Cuando yo llegué presencié el adiós de la Quinta del Buitre. Fue muy triste porque se acababa una etapa muy importante no sólo del equipo, sino del club. El Madrid les deberá siempre un hueco en sus recuerdos. Por eso digo que lo que se haga en junio, que sea con cabeza y con corazón.