Ingresado en la habitación 423 desde el pasado 1 de marzo, merced a la concesión de la prisión atenuada por la huelga de hambre que mantenía, el recluso no fue inscrito en el registro de entrada del hospital con su identidad real, sino con el citado nombre ficticio según anunció ayer la plataforma Basta Ya!

Tampoco figuran en el registro el domicilio ni el número de la Seguridad Social del enfermo, excepción que, según fuentes del hospital donostiarra, suele hacerse en casos de personas amenazadas, como las mujeres víctimas de malos tratos. El cambio de identidad, sin embargo, es algo novedoso.

Está previsto ocultar el domicilio y el número de filiación a la Seguridad Social «en casos de personas amenazadas y existe un protocolo para ello, por ejemplo con las víctimas de malos tratos, pero nunca viene acompañado de una suplantación con otra identidad como ha ocurrido en este caso», señalaron empleados del hospital Donostia a Basta Ya!

De Juana es atendido por un reducido grupo médico que dirige el doctor José Artetxe, especialista en medicina interna.