FERNANDO I. LIZUNDIA
MADRID.-
La Dirección General de Tráfico (DGT) anunció ayer la próxima entrada en vigor de 175 puntos de control de tráfico, que contarán con 68 radares, que irán rotando entre ellos de forma aleatoria, «como se hizo en su día en Cataluña con muy buenos resultados», señaló Pere Navarro, responsable de Tráfico.
La mayoría de estas instalaciones -que entrarán en funcionamiento antes de Semana Santa- se hayan ubicadas en carreteras convencionales, fuera de las autopistas y vías rápidas. Además, la totalidad de ellas han sido colocadas en tramos considerados negros o calificados como peligrosos o en carreteras secundarias en las que, por carecer de arcenes, no se pueden efectuar controles con radares móviles.
Con la adición de estos 175 puntos de control de velocidad, España cuenta ya con 317 cabinas, pórticos o postes susceptibles de albergar radares.
Lejos de Europa
Sin embargo, Navarro recordó que estas cifras «quedan muy lejos de otros países europeos, como el Reino Unido, que cuenta con 7.000 equipos automáticos; Francia, que se aproxima a los 2.000 o como Holanda, que tiene el tamaño de Extremadura y cuenta con 1.000 radares».
De todas formas, España no llegará este año, como estaba previsto, a los 500 puntos de control que contemplan los Presupuestos Generales del Estado. De lo dicho ayer por Navarro se deduce que este objetivo ha sido trasladado «al año que viene».
Entre los nuevos detectores se incluye un número indeterminado de medidores láser que, según la DGT, son más precisos que los habitualmente utilizados, que emiten microondas. Al parecer, también pueden prescindir de flash para hacer las fotografías.
La ampliación del número de radares llega después de una serie de fines de semana en los que el número de víctimas mortales en las carreteras ha comenzado a crecer, aproximándose -o incluso superando- a los totales del periodo previo a la entrada en vigor del carné por puntos, el 1 de julio de 2006. Navarro aseguró que este empeño en combatir la velocidad se inscribe dentro de las medidas básicas para acabar con la siniestralidad, ya que «la velocidad actúa como desencadenante de los accidentes o como agravante».
El responsable de Tráfico añadió que 1.000 de las 4.442 muertes que se produjeron en los 91.187 accidentes registrados en 2005, se debieron al exceso de velocidad. La misma causa está detrás de casi 700 de los 2.600 accidentes mortales habidos en 2006.
Por esta razón la DGT comienza hoy, martes, una campaña de dos semanas, durante la que se duplicarán los controles de velocidad en 1.900 tramos de carretera, con una media de «al menos 100.000 vehículos diarios» en toda España, excepción hecha del País Vasco y Cataluña, que tienen transferidas estas competencias.
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