Un terrorista islámico se inmoló el domingo en un cibercafé del barrio de Sidi Mumen en Casablanca, hiriendo a cuatro personas, incluido otro kamikaze que fue detenido cuando trataba de escapar. Según fuentes de la Dirección de la Seguridad Nacional (DGSN), la explosión tuvo lugar en pleno altercado entre el hijo del propietario del local de internet y los suicidas.
Según un testigo presentado por la televisión marroquí como Mohamed, la disputa entre el hijo del dueño - una de las tres personas que se encontraban en el local- y los kamikazes se originó después de que el primero recriminara a los dos supuestos terroristas el mal uso que hacía uno de ellos del ordenador.
Fuentes policiales aseguran que la explosión se produjo cuando el encargado del negocio bajó la persiana del cibercafé, llamó a la policía e intentó retener a los terroristas después de haberse percatado de que estaban consultando una página web islamista radical.
La actitud de ambos, que llegaron a suplicar que les dejaran irse, hacía pensar que el objetivo del atentado no era el cibercafé, que debía servir únicamente para consultar un correo electrónico, sino uno o varios centros emblemáticos de Casablanca. El terrorista muerto se llamaba Abdelfettah Raydi. Nacido en 1984 en Casablanca y sin empleo conocido, fue condenado en 2003 a cinco años de prisión por su implicación en actividades terroristas, pero en 2005 se benefició de uno de los indultos que el rey Mohamed VI concede con motivo de las principales fiestas nacionales y religiosas de Marruecos, según Efe. El segundo terrorista, que resultó herido y que pudo ser detenido cuando trataba de darse a la fuga, se llama Yusef Judri.
Mensaje de Al Qaeda
No hay duda, aunque nadie se atreve a decirlo claramente en Marruecos, de que los atentados son un mensaje para el régimen y la monarquía marroquí y especialmente para el rey Mohamed VI. Los atentados de mayo de 2003, que ocasionaron 45 muertos (cuatro de ellos españoles), tuvieron lugar ocho días después del nacimiento de Mulay Hasan, hijo y heredero del soberano alauí.
El ataque del domingo se produce 10 días después del nacimiento de la hija de Mohamed VI, Lalla Jadiya. Y además, un 11 de marzo, lo que podría vincularlo, de una manera u otra, con la masacre de Madrid de hace exactamente tres años.
Algunos observadores del islamismo marroquí creen que la fecha no ha sido escogida casualmente. Jamal Ouahbi, reportero del diario marroquí Assahifa Al Magribia, se refería ayer al último mensaje del lugarteniente de Osama bin Laden, Ayman al Zawahiri, difundido justamente el domingo en Al Yazira.
En él Al Zawahiri evocaba «un juego de palabras que no existe en el diccionario entre Yihad y Ribat [Rabat en castellano] y la firmeza a las órdenes de Dios y la lucha por la religión y el orgullo y el honor». Ouahbi cree que puede tratarse de un mensaje codificado para los terroristas, ya que la explosión en el cibercafé se produjo pocas horas después.
En todo caso, el fallido atentado no cogió desprevenidas a las autoridades. Desde hace tres semanas, todo el país estaba en alerta máxima después de que corriera la voz de que terroristas islamistas estaban preparando atentados contra el reino alauí.
Hace tres semanas el ministro de Comunicación y portavoz del Gobierno, Nabil Benabdala, no dudó en utilizar un tono alarmista para prevenir de «graves amenazas terroristas», mientras que puertos, aeropuertos y puestos fronterizos terrestres registraban un notable reforzamiento de la vigilancia.
Pocos días después de esta declaración gubernamental, la página web de la agencia oficial de noticias MAP colgaba de manera permanente las fotos de dos individuos de nombre Mohamed Bakkali y Mohamed Agbalu, supuestos miembros de Al Qaeda en el Magreb Islámico, y pedía la ayuda de la población para su localización.
Un periodista de una importante publicación marroquí, que prefiere conservar el anonimato, aseguró ayer a EL MUNDO, que fuentes de Inteligencia le han informado de que las fuerzas del orden buscan a «1.400 islamistas» enviados desde Argelia por Al Qaeda en el Magreb Islámico. Cuarenta personas habrían sido ya interceptadas, según esa información, que no ha sido corroborada por fuentes oficiales.