Moción de censura o elecciones anticipidas
Sr. Director:
Quiero darle mi enhorabuena por el magnífico artículo de El hombre que quería comprar la Torre Eiffel de su MUNDO, de nuestro MUNDO.Me parece ingenioso, oportuno y magníficamente desarrollado.Es la primera vez que mando un escrito laudatorio, fruto, sin duda, de mi admiración por las personas que defienden sus convicciones con claridad, con argumentos razonables y razonados. Un abrazo y ¡ánimo! para seguir así. José Mª Sastre. Correo electrónico.
Sr. Director:
Le ruego me disculpe, por dirigirme a usted sin haber sido invitado a ello y sin conocerle personalmente. He leído con detenimiento y dos veces El hombre que quería comprar la Torre Eiffel y me ha parecido sensacional, como me lo pareció también su carta Sobre la paz, el diálogo y el Imperio... Austrohúngaro (4/02/07) o El hombro del Escorpión (17/09 /06). El problema, señor director, es que este hombre no está en lo que celebra -como decimos en Asturias cuando vemos a alguien muy fuera de su sitio- y claro, así vamos. Mi consideración personal hacia usted, hacia su medio y continúe, por favor. La Historia de la Humanidad se escribe en los periódicos todos los días: recójanla para ser ciudadanos informados. Eugenio Caravia. Asturias.
Sr. Director:
He leído su artículo que versa sobre el comprador de la Torre Eiffel, que considero excepional. Respecto a la posición del presidente que puso en libertad a De Juana Chaos «por razones humanitarias», sobrepasa en mucho al ambicioso Poisson: aquél al menos podía contemplar la Torre Eiffel y soñar que podía ser suya, pero nuestro chatarrero lo tiene más difícil para escalar la cima de ETA, porque no puede contemplar sus caras. Jesús Zurano. Correo electrónico.
Sr. Director:
Le escribo animado por dos motivos: el primero y fundamental, su Carta del Director de este domingo, y el segundo, menos importante, pero más cálido, es que compartimos paisanía, pues también soy riojano.
Leyendo las noticias relativas al criminal De Juana, he reflexionado sobre un aspecto que no he visto reflejado. Un aspecto muy negativo de la decisión tomada por el presidente del Gobierno al excarcelar al terrorista es el impacto negativo que tendrá sobre muchos etarras encarcelados y que quizás, en un atisbo de cordura, podrían pensar que el arrepentimiento y la colaboración con la Justicia podrían ser una suerte de redención de sus crímenes que les permitiera reintegrarse en la sociedad. El efecto negativo que esta nefasta decisión puede tener sobre otros presos es enorme. ¿Que pensarán los etarras arrepentidos que ya han colaborado con la Justicia, como Soares Gamboa? ¿Y los que pensaran en hacerlo?
Una última reflexión. Mientras escribo estas líneas estoy oyendo un CD con música punjabí que me regaló un alumno de mi Facultad de Medicina. Era un joven estudiante de Nueva Delhi que estudiaba en Bulgaria (Pleven) y hacía una estancia en España. Éste es el mundo en que vivimos, abierto, tolerante, con fronteras borrosas, en las que las nacionalidades no son excluyentes, sino una excusa para un rico intercambio de experiencias. Aquí, sin embargo, individuos de mente abstrusa matan para imponer una identidad excluyente. Cuando me acordaba de Lalit, el estudiante hindú, pensaba en él y decía... ¡Un euskaldún de pro! Qué ironía. Juan Ignacio Pérez Calvo.Zaragoza.
Sr. Director:
Estoy preocupado. He leído su Carta del domingo; excelente, como casi todo lo que usted escribe, en mi humilde (no tan humilde como públicamente se proclamaba el señor Zapatero hace tres años) opinión. La he leído tres veces por si encontraba un elogio, siquiera implícito, dedicado al presidente: no he sido capaz de encontrarlo. Sólo he podido hallar un «fantasioso» del último párrafo que pudiera sonar a mínima disculpa. ¿Qué le pasa, don Pedro J.? ¿Ha descubierto, tras larga travesía, al verdadero Zapatero?
Con admiración al escritor y afecto a la persona que busca la verdad. Félix Manrique Ulloa. Correo electrónico.
Sr. Director:
Querido Pedro, me ha gustado mucho la comparación entre André Poisson y Zapatero. Yo hubiera añadido que Monsieur El Inocente, tal como ocurre ahora con Zapatero, cegado por el entusiasmo y la obcecación, prefirió hacer caso omiso de las noticias que, en 1925, aseguraban que el Ejército de Francia se oponía a la venta de la Tour Eiffel porque durante la Guerra del 14, gracias a la antena que colocaron en su punta, habían mejorado muchísimo las comunicaciones entre el frente y los cuarteles. Un abrazo.Javier Ybarra. Correo electrónico.
Moción de censura o elecciones anticipidas
Sr. Director:
En un grupo de compañeros de trabajo y de amigos comentamos el hecho de cómo resulta imposible mantener una conversación normal entre gente cercana a nosotros, familiares incluidos, sin que se pueda tocar el tema de la política. Saltan chispas por todos lados y la pelea está garantizada, ante las posiciones radicalmente encontradas. Mejor no hablar del tema.
No es una exageración, y creo que es compartido por muchas personas esta lamentable realidad social, que no tiene parangón en muchas décadas de nuestro pasado histórico, por supuesto, muy anterior a la Transición. Por ello, y en un régimen parlamentario como es el nuestro, los partidos políticos tienen la obligación de trasladar, desde la opinión pública a sede parlamentaria, todas aquellas decisiones o cuestiones de actualidad que tengan un fuerte impacto popular: la gravísima decisión del Gobierno de Rodríguez Zapatero de ceder ante el chantaje de un penado, que tiene a sus espaldas 25 asesinatos, concediéndole el segundo grado penitenciario y la prisión atenuada, requiere una respuesta adecuada y proporcionada en las Cortes Generales.
En este difícil contexto, al principal partido de la oposición sólo le queda una salida constitucional: la presentación urgente de una moción de censura para exigir la responsabilidad política del Gobierno. No será la primera vez que en los últimos 30 años se haya presentado tal tipo de moción, y en ninguna de las ocasiones anteriores se tenía posibilidad aritmética de ganarlas. Y, respecto al Gobierno, sólo tiene una salida, igualmente, constitucional: convocar elecciones generales anticipadas. Yo creo que es mejor una colorá que cien amarillas, y lo que no es de recibo es mantener una situación continua de crispación y tensión en el seno de la población española, durante un largo, penoso e irrespirable año de legislatura. Que sea el pueblo que ponga a cada uno en su sitio. Julio José Elías Baturones. Sevilla.
El fin que anima al presidente Zapatero
Sr. Director:
Hay algo que desearía exponerle. Tenemos siempre una tendencia a considerar tonto a aquel interlocutor que no ve lo que para nosotros es evidente. Muchos hemos considerado que Zapatero no ve lo evidente: Estatuto catalán, pacto con ETA, perversión del uso de la Justicia... Pero ¿no seremos nosotros los tontos?
Después de sufrir como un español más la deriva azarosa de estos últimos tres años, llego a la conclusión de que la acción del presidente está dirigida a un fin en el que encajan todas esas acciones, aparentemente inconexas. Concretamente, creo que Zapatero, en la línea de Largo Caballero e Indalecio Prieto, lo que persigue es el cambio de la estructura política y administrativa del país, intentando acercarnos a una república federal. Para este viaje, no podía contar, desde un principio, ni con la derecha ni con el centro derecha, por lo que había que marginarlos y demonizarlos, cosa que ha hecho a la perfección.
No es la banda terrorista ETA quien le tiene prisionero: es su propio sueño republicano el que le hace ir más allá: De Juana no es importante, es un peón. Francisco Morales Gabriel. Madrid.
