CAROL ALVAREZ
BARCELONA.-
El jaleo alertó a un vecino que, videocámara en ristre, filmó desde su casa lo que veía en la calle. Y veía coches patrulla, y policías de uniforme y de paisano, y zarandeos a un magrebí menor de edad, que fue arrastrado por el suelo y amenazado. La cadena televisiva Antena 3 emitió un fragmento de la filmación, generando una gran controversia y, de paso, abriendo una investigación de Asuntos Internos de los Mossos que acabó en los juzgados.
El último acto de esta trama se vio ayer en la Audiencia de Barcelona, durante la celebración del juicio contra dos de los Mossos d'Esquadra que participaron en los hechos. Para la Fiscalía del Tribunal Superior de Justícia de Catalunya (TSJC), la conducta de Raúl O.E. es constitutiva de un delito contra la integridad moral y merecedora de una condena de dos años de prisión. Para la defensa del acusado, la única prueba de cargo que existe contra él es una cinta de vídeo que no reúne las garantías legales, no ha sido custodiada por la autoridad y no presenta suficiente nitidez para determinar conductas y autores.
Los hechos sucedieron la noche del 26 de enero de 2006. Unas prostitutas que ejercían en el barrio del Raval de Barcelona reclamaron la presencia policial al observar como dos jóvenes magrebíes le robaban la cartera a una turista. Los primeros efectivos en llegar fueron el acusado y su compañero, al que ayer le retiraron la acusación tras practicar la prueba.
El acusado Raúl O.E., según explicó él mismo ante el tribunal de la sección quinta de la Audiencia, señaló que en la calle Robadors pudieron localizar a dos jóvenes, uno de ellos menor de edad, que podían ser los responsables del robo, y que intentaron identificarlos pese a su oposición. Según Raúl, el menor de edad se comportaba de forma «histérica» mientras que el otro parecía «altivo», como si estuviera pensando en agredirles.
Contó Raúl que los jóvenes empezaron a llamar la atención de la gente con aspavientos y gritos. La filmación, que se ha convertido en la principal prueba de cargo del procedimiento, recoge la tensión del momento de una forma que la Fiscalía interpreta de una forma bien distinta: ve a Raúl acercarse al menor, golpearle tres veces con el brazo de forma gratuita, alzarle del cuello de la camisa y arrastrarlo de un lado a otro de la calle. El menor rompió a llorar, y en la cinta, que ayer se visionó nuevamente, se oye con claridad al agente decir «mira, como no escribas aquí tu nombre, lo que te he dado, pam pam pam». El acusado atribuyó al consumo de cola el estado de agitación del magrebí, y aseguró que usó la fuerza mínima necesaria dada la situación.
Asuntos Internos de los Mossos concluyó que hubo una actitud desproporcionada en la actuación policial de aquella noche. Y sin la filmación, el caso no habría llegado a juicio.
|