Miércoles, 14 de marzo de 2007. Año: XVIII. Numero: 6296.
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 CIENCIA
ESPACIO / El astronauta español alerta de que el objeto pasará cerca de nuestro planeta en 2029 y podría colisionar en 2036, causando un 'tsunami' mucho mayor que el de Indonesia
Pedro Duque impulsa un proyecto para proteger la Tierra del asteroide 'Apophis'
OLALLA CERNUDA

MADRID. - Para Pedro Duque, el primer astronauta español, el peligro inminente tiene nombre y apellido. Se llama Apophis, un asteroide que pasará muy cerca de la Tierra en 2029 y que podría causar daños catastróficos en nuestro planeta. El Apocalipsis, sin embargo, parece evitable, al menos si se pone empeño suficiente. «Se le debe dar prioridad a una misión para desviar un asteroide así», matizó, y recordó que una empresa española ya ha diseñado una misión que podría desintegrar el cuerpo antes de que se aproximara demasiado. «Incluso podría hacerlo España sólo, y así hacer una gran aportación para salvar a la Humanidad», dijo.

La propuesta española que se baraja para resolver esta problemática situación no puede tener un nombre más castizo: Don Quijote. «Ya está diseñada, ahora estamos en fase de aprobación», recordó Pedro Duque, que intervino ayer junto al ministro de Defensa, José Antonio Alonso, en un coloquio sobre Defensa y el sector aeroespacial organizado en Madrid por la agencia Fax Press.

«El coste de esta iniciativa es lo suficientemente bajo como para que pueda llevarlo a cabo Europa, o incluso España en solitario», dijo el astronauta.

Según Duque, los científicos tienen «la certeza matemática absoluta» de que Apophis se situará «en 2029 a una distancia muy corta de la Tierra, más cerca de lo que hoy en día están nuestros satélites». Los daños que, de seguir en esa trayectoria, provocaría en dichos artefactos y, por tanto, en las telecomunicaciones en la Tierra, serán tremendos.

Sin embargo, el peligro real para los humanos vendría apenas siete años después, en 2036, cuando al asteroide, ya captado por el campo gravitatorio terrestre, podría caer con sus 250 metros de diámetro sobre la Tierra.

Si así fuera, y cayera sobre el mar -la trayectoria más probable, según los expertos- al caer «abririría una grieta de kilómetros en la corteza terrestre», lo que provocaría un «inmenso tsunami, infinitamente más grande que el que afectó a Indonesia» en diciembre de 2004, recordó el astronauta. Por ello, por la certeza de que hay decenas de miles de objetos en el espacio que un día podrían aproximarse demasiado a nuestro planeta, la empresa española Deimos Space comenzó a trabajar en un proyecto de misión denominado Don Quijote, y que prevé que se envíen dos naves contra el asteroide. Una, Hidalgo, que impactaría contra su superficie para así tratar de fragmentarlo o desviarlo, y una segunda, Sancho, que se quedaría en órbita observando y enviando información a la Tierra.

La empresa española, una de cuyas áreas preside el propio Duque, compite entre varios equipos que optan a la concesión definitiva del proyecto, que se fallará dentro de un año. Porque el ingeniero español, con dos vuelos espaciales a sus espaldas y a punto de cumplir 44 años, ha decidido colgar el traje de astronauta para pasarse a la empresa privada.

Ahora, como director de Deimos Imaging, Duque ultima detalles para la puesta en marcha del primer satélite privado europeo de observación terrestre, un proyecto íntegramente español y que permitirá obtener imágenes de cualquier punto del territorio español y buena parte del planeta para venderlas a empresas e instituciones.


Jubilado del espacio

O. C.

Aunque la Agencia Espacial Europea planee enviar hombres a Marte hacia el año 2025, en colaboración con la NASA, las probabilidades que tiene Pedro Duque de ir en una de esas misiones son prácticamente nulas. «Un astronauta sabe que su trabajo se acaba en algún momento, porque así lo dicen las pruebas médicas, y siempre sabes que llega un momento en la vida en que hay que hacer otras cosas», confiesa. «Antes de que ese momento llegue vas mirando tus opciones de futuro, sin ninguna idea preconcebida. Yo encontré este proyecto, que es nuevo, que es único, y decidí subirme a este carro», dijo.

Sobre la pregunta del millón, la de si hay vida ahí fuera, Duque no lo tiene nada claro. «Sólo hay 12 personas en la Historia que han ido a la Luna, unas pocas más han salido al espacio, pero siempre lo hemos hecho muy cerca de la Tierra. El reto de lograr ir a Marte es el que nos va a dar la respuesta a la pregunta de si hubo, o aún hay, vida en el planeta rojo», señaló. «Hoy en día tenemos telescopios capaces de ver muy, muy lejos. Con tantos planetas como hay.... ¿por qué no va a haber vida?», señaló, aunque recordó que en cualquier caso, «si la hubiera, lo complicado sería ponerse en contacto con ellos».

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