UNICS KAZAN 76
REAL MADRID 69
McCollough (15)
Stevenson (9)
Stombergas (6)
Meshcheryakov(4)
D. Lavrinovic (17)
K. Lavrinovic (14)
Chikalkin (9)
Samoylenko (-)
Savanovic (2)
Tunceri (5)
Bullock (1)
Ch. Smith (26)
Sekulic (7)
F. Reyes (22)
Hervelle (5)
Mumbrú (-)
R. López (3)
Tomas (-)
Sonseca (-)
s.c.
1er CUARTO 2º CUARTO 3º CUARTO 4º CUARTO
23-20 13-9 25-18 15-22
BASKET-HALL. 5.000 ESPECTADORES (3/4).
Arbitros: Voreadis, Jovcic y Lovsyn
Tremendo noviembre de 2003: tambores de guerra en Irak, el Sinn Fein y los unionistas avanzaban en Irlanda del Norte, los mares tragaban inmigrantes. En España, se hablaba del conflicto vasco. Una actualidad casi calcada de 2007, que parece cíclica la historia. También en el baloncesto lanza puentes con cuatro años distancia. Tremendo noviembre de 2003 para Bullock: el día 16 de ese mes se quedaba a cero en un partido de la ACB y 11 jornadas después repetía sequía en la Euroliga. Entonces, pertenecía al Unicaja; fueron sus dos peores actuaciones vestido de verde. Ninguna peor tuvo antes ni después, en los cinco años consumidos desde su aparición por España, en mayo de 2002. Hasta ayer, ahora de blanco madridista, aunque de color oscuro ante el Unics Kazán, lo propio para una prestación nefasta -calificativo eufemístico-.
Tuvo 23 minutos, tal vez los peores de su vida sobre el parqué: siete errores en tiros de dos, tres en triples, uno desde el tiro libre y cinco pérdidas de balón, defendido largo tiempo por el viejo Stombergas. Casi nada hizo bien: un tiro libre, un rebote y dos faltas recibidas, tantas como las que cometió. Un -14 de valoración estadística, cifra chocante con su condición de estrella, como ejerce habitualmente: 17 puntos de media en Liga y 12,6 en la competición europea. Descontado, eso sí, el desastre de Kazán, ciudad fuera del mapa, 800 kilómetros al Este de Moscú.
Allí llegó el Real Madrid el lunes, después de un viaje insufrible de 13 horas y muchos retrasos, que tal vez justifica a Bullock, lo que obliga a elevar el halago a Felipe Reyes, ocho rebotes y 11 faltas recibidas, y a Charles Smith, seis rebotes. En anotación, contribuyeron con el 70% de los puntos de su equipo; son responsables al 100% de que el Madrid continúe vivo en semifinales de la Copa ULEB. El visitante se dejó ocho puntos en la capital de la República rusa de Tartaristán, una cifra al alcance en el Palacio Vistalegre como local. Y aunque el desfase es importante, como la categoría del rival, resulta maravilloso por lo que pudo ser.
Caída. El conjunto de Joan Plaza aguantó en el inicio, gracias como toda la tarde al buen proceder de Charles Smith y de Felipe Reyes. Sin embargo, cuando se inició la rotación y las dos piezas básicas fueron visitando el banquillo -el pívot, pronto, por su segunda falta personal-, el cuadro anfitrión comenzó a colocar distancias por encima de 10 puntos, una constante desbocada en el último período, el de las contradicciones.
El Unics Kazán, un colectivo con un potente quinteto de partida al que se suman el otro hermano Lavrinovic y el veterano desestabilizador Chikalkin, colocó el duelo al borde de la quiebra. El reloj languidecía cuando Stevenson puso el 72-52 (min. 35), en caída libre del Madrid.
El proceso no corresponde sólo al último partido. La situación se alarga desde la final de la Copa del Rey, y se debe, especialmente, a la falta de criterio en la dirección de juego. Tunceri tiene sus límites y Raúl López ha perdido la clarividencia del principio de curso. Sin el cerebro y la fluidez que elevó al Madrid durante cinco meses, el combinado queda expuesto a flechazos individuales. Un colectivo fortalecido sobre el valor colectivo se ve a merced de los momentos estelares y de ese orgullo que mostró Tunceri con un triple de inicio de remontada, seguido por Felipe Reyes, superado por Charles Smith (nueve puntos en los últimos cinco minutos) y complementado por Raúl López. En el bando contrario, sólo una canasta en juego, un triple, y un tiro libre. Total: un parcial 4-17 cargado de futuro. «Hemos dado la cara y hemos demostrado que somos ambiciosos. El resultado sirve para ir a Vistalegre, ganarles y pasar la eliminatoria», se felicitó Joan Plaza.
El próximo martes peleará por la final de la ULEB (10 de abril), cuyo título supone la manera más cómoda de ganar un puesto para la Euroliga del próximo año. Antes, este sábado, tendrá que visitar al Barcelona, su verdugo en la Copa, cuando todo cambió para la gente de blanco.