ALBERT MARTIN
BARCELONA.-
Fue un mea culpa con todas las letras, con una sinceridad y una humildad impropia en un futbolista de primer nivel. Thiago Motta volvió ayer a los entrenamientos tras su espantada del pasado jueves y las posteriores vacaciones que le concedió Frank Rijkaard debido a su bajo momento anímico. El futbolista italobrasileño comenzó su comparecencia pidiendo perdón por su comportamiento. «He fallado a mucha gente, a los socios, a la afición y sobre todo a los compañeros, y les pido perdón». Capítulo aparte le mereció Frank Rijkaard: «Nunca me ha fallado, siempre ha estado a mi lado».
Motta negó que haya padecido una «depresión» y se refirió a «un momento de debilidad» causado por su escasa presencia en el equipo en los últimos meses. «No es cosa de un solo día. Pasaba un momento difícil. Cuando uno no juega quiere demostrar quién es y no puede. En esta situación, algunos pueden sentirse débiles, piensas que a lo mejor ya no sirves», explicó. «Todos cometemos errores, pero uno tiene que ser hombre para pedir disculpas de todo corazón. Quiero cambiar, quiero trabajar bastante más fuerte que antes para quedarme aquí muchos años». Negó los rumores sobre su vida privada: «Alguna vez la prensa ha dejado entrever que soy un vividor, que cobro y luego no hago nada. No lo puedo permitir, porque siempre he trabajado por este club y lo he dado todo».
Oleguer.
Ayer conoció el Barça que el Comité de Competición de la Real Federación Española de Fútbol decidió ayer no atender la petición del Barcelona de expedientar al delantero del Levante Salva Ballesta por declarar que «una caca de perro» le merecía más respeto que el azulgrana Oleguer Presas. El Comité estima que no figuran entre sus competencias las discrepancias políticas y que son aspectos que deben tratarse en otro estamento.
Los servicios jurídicos del Barcelona tienen previsto estudiar hoy la comunicación oficial del Comité de Competición, aunque todo apunta a que el club no irá más allá, por lo que el tema quedaría así definitivamente cerrado. El Levante ya alegó en defensa de su futbolista que las polémicas declaraciones no correspondían «a la materia deportiva», sino que se trataba «de una opinión sobre otra opinión política». Concretamente, Salva reaccionó así cuando le cuestionaron en una entrevista radiofónica sobre un artículo escrito por Oleguer, en el que el azulgrana cuestionaba el Estado de Derecho en referencia a la situación del etarra José Ignacio de Juana Chaos.
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