ROSA DIEZ
Conviene que no nos despistemos; ni siquiera por las emociones del día de ayer, o del de anteayer. Mientras en Madrid se manifestaban centenares de miles de ciudadanos por la libertad y contra las cesiones a ETA, en Santurce se reunían los dirigentes más significativos de Batasuna-ETA para perfilar su estrategia electoral. Era una reunión secreta, pero no lo fue tanto: les pillaron a la entrada. Fue ese momento en que Permach -según vimos en alguna cadena de televisión- se dirigía amenazante al periodista y le espetaba señalándole con el dedo: «Cuidado con sacar el coche».
Hoy leemos en la prensa vasca que Batasuna ha solicitado formalmente -a nombre del dirigente procesado Pernando Barrena- el BEC (Centro de Congresos y Exposiciones de Baracaldo) para celebrar un acto público el próximo día 31 de marzo. A ver qué pasa. El anterior lo evitó el juez Grande-Marlaska, éste, ya veremos.
El proceso sigue adelante. Batasuna insiste en que estará presente en las elecciones del 27 de mayo; cada día hacen ruedas de prensa y reuniones como si de un partido político democrático se tratara; cada día están en los informativos y en los telediarios, compartiendo espacio con los partidos políticos a cuyos dirigentes y cargos públicos persigue, amenaza y asesina la organización terrorista de la que forman parte. La nueva doctrina Garzón -ésa de que no tienen sus derechos individuales suspendidos y de que la izquierda abertzale no es lo mismo que Batasuna- parece haberse impuesto en la coyuntura actual; y la Fiscalía, encargada de velar por la legalidad y de proteger nuestros derechos, parece dormida en los laureles.
El tiempo pasa. Y la táctica y la estrategia del terror va ganando posiciones frente al aparente desestimiento de los representantes de las instituciones llamados a defender la legalidad y obligados a proteger nuestra libertad. El reto, el verdadero órdago, está nuevamente sobre la mesa. Nunca ha dejado de estar, pero ahora estamos en la cuenta atrás.
No permitiremos, sin luchar hasta el fin de nuestras fuerzas, que los terroristas vuelvan a entrar en las instituciones democráticas del País Vasco. No podemos permitirnos perder esa batalla. La actuación del Gobierno con De Juana Chaos es, sin duda, indignante, vergonzosa y dolorosa. Pero la verdadera derrota, la puntilla a nuestra resistencia, sería que les dejaran volver a los ayuntamientos y diputaciones sin dejar de ser lo que son, terroristas. Siento insistir, pero lo que se avecina es un drama. Si ellos vuelven, muchos de nosotros tendremos que irnos. La historia de los judíos en la Alemania posnazi se repetirá. No lo podremos resistir.
Batasuna no podrá ser legalizada en tanto España sea un Estado de Derecho. Si quienes pueden y deben evitarlo lo permiten, habremos perdido mucho más de lo que nadie puede ahora mismo suponer.
Rosa Díez es diputada socialista en el Parlamento Europeo.
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