JOSE MARIA ROBLES
Año y medio de conciertos, 160 bandas y un recinto convertido (convencido) en plataforma de nuevos talentos. En tiempos heroicos para esto de hacer música, queda de manifiesto que todavía hay quien se acuerda de brindar un mínimo espacio a los artistas por venir, de demostrar que no sólo a golpe de radiofórmula y Myspace avanza el circuito. La Sala Caracol, uno de los templos de las actuaciones en directo en la capital, puede presumir ya de contar con una pila bautismal acorde a su fama. En ella se remojarán el próximo día 29 de marzo las cuatro formaciones que han alcanzado la gran final de su primer concurso de grupos noveles: Crave, Meshala, Jamagroova y Viejo Musical.
 |
|
|
La aventura de ceder micrófonos, altavoces y focos a aquellos combos que aún no han sido captados por la industria arrancó con una idea y concluye con otra. «Al principio vino a rellenar huecos en la programación, pero luego los propios grupos se han encargado de tocar, de vender las entradas... Ha habido bolos a los que han conseguido arrastrar a alrededor de 300 personas», comentó ayer, en la sede de la SGAE, Edgar Vela desde la organización del certamen (que tuvo a su padrino en Johnny, de Burning).
Con un timbre netamente local -la mayoría de los aspirantes llegó de la capital o de otros puntos de la Comunidad; la idea es celebrar una fase de preselección lejos de Madrid el próximo año-, el concurso se presenta tan atractivo para el público como para los propios participantes. El respetable ha de saber que el cartel de la final aglutina distintos sonidos: del rock duro «con chica cantando» de Crave al eco alternata de Meshala, pasando por el jazz latino de Jamagroova y el despelote (13 personas sobre el escenario) funky de Viejo Musical. Unos y otros, tras protagonizar cuatro veladas en la sala, deberán darlo todo una vez más, la definitiva, porque el botín es importante. El vencedor se embolsará 4.000 euros y tendrá la oportunidad de grabar un LP y un videoclip: el segundo clasificado se llevará 2.000 euros y podrá envasar siete de sus temas en un EP; el tercero sumará 1.000 euros y se le ofrecerá la posibilidad de registrar un single. Para el cuarto habrá una recompensa simbólica: ofrecer un concierto de consolación en la propia sala y pellizcar un porcentaje de taquilla.
En cualquier caso, los finalistas saben que llegar hasta donde lo han hecho es, quizás, el mejor de los premios. «Es una buena tarjeta de presentación para tocar en otros sitios, no es lo mismo que ir con una mano delante y otra detrás», lo reflejó gráficamente Antúnez, líder de Viejo Musical, procedentes de Salamanca. Para alcanzar la última fase tuvieron que convencer al jurado y a los asistentes a sus conciertos (a mano alzada concedían el voto). El 29 de marzo deberán ganarse el favor de Bebe y Barón Rojo, entre otros ilustres.
Final del concurso de grupos noveles. 29 de marzo, a las 21.00 h., en la Sala Caracol (Bernardino Obregón, 18).
|
