Dos diputados y un policía resultaron heridos de diversa consideración, el más grave de ellos el legislador Hugo Romero, que cayó desde un muro al intentar entrar en la sede del Legislativo, según la policía. Un partidario de los destituidos recibió un disparo en una pierna.

La diputada opositora Sylka Sánchez, del Partido Renovador Institucional de Acción Nacional (PRIAN), acusó a la Policía de haberles agredido. Dicho extremo fue negado por el jefe de la escolta legislativa, coronel Jorge Cueva, que acusó, a su vez, a los congresistas cesados de entrar con violencia al recinto.

El diputado y vicepresidente de la Cámara, Edison Chávez, del Partido Sociedad Patriótica (PSP), también destituido por el TSE, compareció en la calle con un parche en el ojo y aseguró que había sido agredido por agentes.

Junto a él, un hombre que no se identificó y que apoyaba a los parlamentarios destituidos aseguró a Efe que había sido herido en una pierna y un brazo por parte de los agentes, mientras un policía tuvo que ser retirado con lesiones.

Los incidentes comenzaron temprano, cuando una decena de diputados del PRIAN y del PSP intentaron romper un cerco policial que custodiaba uno de los accesos laterales del recinto legislativo.

Tras casi una hora de forcejeo, los uniformados permitieron que los legisladores destituidos llegaran hasta un patio externo del recinto y luego al salón del pleno, por orden del presidente de la Cámara, Jorge Cevallos, también del PRIAN, pero que no se encuentra en la lista de los 57 cesados por el TSE.

Cevallos indicó que autorizó la entrada de los diputados para proteger la integridad física de éstos, pero luego anunció que suspendería la sesión, algo que hizo de forma oficial tras pasar lista a los legisladores presentes, incluidos los cesados, lo que fue criticado por otros congresistas.

En la sala del pleno, donde se pasó lista, estaban presentes 24, incluido Cevallos, lo que en cualquier caso no permitía arrancar la sesión, ya que se requieren 51, la mitad más uno de los 100 miembros de la Cámara.

Al grito de «dictadura no, democracia sí», los destituidos acusaron al gobierno del presidente izquierdista, Rafael Correa, de ser el causante del «caos» y la «ruptura institucional», tras tildar de «inconstitucional» sus ceses por parte del TSE.

Los diputados destituidos que se encontraban en el Congreso, y quienes anunciaron que sólo les sacarían «muertos», tuvieron que desalojar el recinto rápidamente para evitar ser alcanzados por cientos de manifestantes que se congregaron en las afueras de la sede.